• 15 millones de personas padecen alguna dolencia que afecta su salud mental
  • En México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión
  • México sólo el 2.2 por ciento del gasto en salud se asigna a salud mental

El Dr. Ángel Manuel Juárez Lemus, presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor, indicó que el dolor es causado por diversos orígenes y puede ser momentáneo o permanente; por ello, los mexicanos requieren de mejor educación y concientización para abordar las dolencias del organismo que dañan su bienestar no sólo físico sino mental, derivado del stress, la depresión, la migraña, etc., que deriva en incapacidad para hacer adecuadamente las labores diarias.

“Los mexicanos tenemos una muy mala cultura de atención de la salud mental, pues pensamos que quien aguanta el dolor es alguien fuerte; sin embargo, no es bueno, es una alarma en el organismo que indica que se tiene que atender. El dolor no tiene porqué ser algo permanente. No tiene nada de malo el uso de medicamentos o atención psicológica”.

En México, un 18 por ciento de la población urbana en edad productiva (15 – 64 años) sufre algún trastorno del estado de ánimo y falta de salud mental, con padecimientos como depresión, ansiedad, demencia o fobia.

“No se puede buscar vivir con dolor permanente. Se necesita una visión y atención multidisciplinaria para los padecimientos que derivan de intranquilidad mental. Los medicamentos son una de las opciones de tratamiento para dolores medios o leves, pero si se siente dolor permanente por meses se requiere de atención especializada en las clínicas médicas con una visión mutidisciplinaria”, acotó.

Los pacientes llegan a tomar de forma inadecuada que se les mande a un psicólogo debido a que sigue sintiendo dolor pese a que ya recibieron consulta, tomaron medicinas o se operaron. “Las medicinas son un complemento del tratamiento, no olvidar que los grandes dolores permanentes necesita de una visión generalizada en los sistemas médicos.

Un porcentaje mínimo –en torno al 1 por ciento– visita al psicólogo de manera habitual, y muchos que necesitan realmente ayuda (3.6 millones de personas sufren de depresión en México), ya sea por falta de tiempo, solvencia económica o desconocimiento, nunca acuden a terapia, asumiendo que pueden sobrellevar por sí mismos esa situación, la cual puede tornarse en algo más grave si no se atiende.

Además, la estigmatización y discriminación respecto a la también llamada neurodivergencia es un factor que agrava aún más esta situación. Ya sea por razones culturales, donde expresar cierta vulnerabilidad o tristeza se considera un rasgo de “debilidad”; o por ignorar en absoluto el trato y consideraciones que debe tener una persona que tiene algún padecimiento psicológico, en México, tener depresión o ansiedad, por ejemplo, se vuelve un trecho casi imposible de recorrer para millones de individuos.

Explicó que los problemas de salud pública y el dolor afecta de forma permanente hasta un 25 por ciento de la población en México. Mientras que en materia de los costos socioeconómicos a nivel mundial directos e indirectos del dolor de cabeza se estiman en 14 mil millones de dólares al año. Un ejemplo de la gravedad de este padecimiento es la migraña que es el segundo padecimiento de incapacidad laboral en el planeta.

Los estudios recientes señalan que el dolor es tan variable que puede surgir en el cerebro y desconocer su origen; o ser un síntoma físico que repercute en lo mental; algunas de esas causas son el estrés, el ambiente, males cognitivos, etc.

“La depresión y ansiedad incrementan el dolor físico que puede ir desde síntomas ligeros a intensos. El dolor mental es un término poco usado en la medicina, sino que es concepto que es tratado de diversas maneras”, dijo.

El especialista expresó que las urbes de tamaño medio como Querétaro, Puebla, Morelos, se están convirtiendo en muy influenciadores para el incremento del dolor mental, púes su estrés y ansiedad impiden la actividad física de las personas; la forma de sus calles conlleva a que la gente sea muy sedentaria, derivando en diversos males. Mientras que las grandes urbes como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, padecen de alta contaminación, transito muy pesado y mala alimentación, que agrava en demasía la salud social.

Ejemplificó que el caso del dolor de cabeza, de cuello, de hombros y menstrual, son aspectos que afectan a toda la población, sin distingo. Los efectos psicológicos y emocionales derivados de dicho dolor son ansiedad, depresión, estrés e insomnio, que afectan las actividades diarias y que requieren de mayores terapias de atención.

En México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión; de ellas, uno por ciento son casos severos. Asimismo, ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. La depresión tiene una alta concurrencia con otros trastornos como la ansiedad y el consumo de sustancias, con altos costos económicos y sociales.

“El dolor interno que comienza en la mente es un factor de preocupación por no poder hacer las actividades cotidianas y desemboca en desesperación y daño a las actividades físicas, sociales y laborales. Existen diferentes opciones de tratamiento al dolor, desde los medicamentos, la terapia física, tratamiento psicológica e intervenir desde una visión general y no tener miedo a actuar de forma generalizada”, subrayó.

Se debe analizar diversos aspectos que dañan al organismo, es indispensable tener terapias que se sabe remedian al dolor, que es un síntoma que desemboca en una cascada de padecimientos. No olvidar que el dolor se intensifica cuando mentalmente no se está sano.

Por fortuna está cambiando la cultura de asistir a terapia para atender el dolor en lo mental o lo físico. La salud es la base de la persona y su vida profesional, subrayó.

La Secretaría de Salud federal estima que en México 15 millones de personas padecen alguna dolencia que afecta su salud mental, siendo el estrés laboral el principal padecimiento entre la fuerza trabajadora: tres de cada cuatro mexicanos lo padecen.

A estas cifras se suman otros datos alarmantes proporcionados por la Asociación Psiquiátrica Mexicana, el INEGI y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS): durante los últimos 10 años ha habido un incremento continuo del 16 por ciento de incidencia de suicidios, el 11 por ciento del gasto destinado a la atención de discapacidades laborales se relaciona con trastornos mentales, y apenas el 2 por ciento del presupuesto de salud se utiliza para combatir y tratar la salud mental de los mexicanos.

La falta de especialistas en salud mental (psicólogos, terapeutas y psiquiatras) y no atender los factores de riesgo psicosocial en el mundo del trabajo tiene un alto costo social.

En tratamiento médico existen muchos medicamentos que disminuyen la inflación del dolor y deben ser tomados de forma limitada. Un caso de un paciente con dolor de años tiene que atenderse con un médico y no vivir de esa forma. En el caso de los medicamentos coadyuvantes que atienden ciertos tipos de dolor, mientras que los opioides se requiere de evaluación médica para acceder a los mismos.

Las acciones para prevenir el dolor no es algo permanente, son actividades que menguan su presencia, estos son el ejercicio regular, buena postura, dieta saludable y el alivio al estrés.

En el tema de la crisis de opioides en todo el mundo, se debe al abuso de medicamentos que son abusados en su consumo; en México se busca controlar con recetas médicas.  Por ello, el dolor debe atenderse con un tratamiento multidisciplinario adecuado.

Por su parte, el director general del Instituto Farmacéutico (INEFAM), Enrique Martínez Moreno, indica que son enormes las necesidades y desafíos en la atención al dolor crónico y cuidados paliativos en México, destacando importantes hallazgos y tendencias en el sistema de salud del país.

De acuerdo con las estadísticas presentadas por INEFAM, en México, 29 millones de personas requieren tratamiento para dolor crónico, de ellos, el 60 por ciento (17.4 millones) reciben tratamiento, de los cuales, 8.75 millones son atendidos únicamente con paracetamol, diclofenaco y ketorolaco. El estudio destaca que un 20 por ciento (5.8 millones) no recibe ningún tipo de atención o tratamiento y el otro 20 por ciento ((5.8 millones) recibe tratamientos “alternativos”, lo cual concluye que el 40 por ciento pacientes no tienen un tratamiento adecuado para dolor crónico.

Asimismo, señaló que la mayoría de los adultos que necesitan cuidados paliativos y tratamiento para dolor padecen enfermedades crónicas degenerativas, incluyendo cáncer (34 por ciento), enfermedades cardiovasculares (38.5 por ciento), enfermedades respiratorias crónicas (10.3 por ciento), y SIDA (5.7 por ciento).

El laboratorio Lundbeck en México, Centroamérica y Países Andinos, señala que existe una brecha considerable entre las necesidades de atención de los trastornos mentales y los recursos disponibles, por lo que es necesario un aumento en la inversión en salud mental.

Alrededor del mundo se da muy poco apoyo a las personas con trastornos de salud mental. En promedio, sólo el 3 por ciento de los presupuestos de salud de los países se invierte en salud mental y en México sólo el 2.2 por ciento del gasto en salud se asigna a salud mental.

A su vez, Gabriela Furukawa, psicóloga clínica, aceptó que todo el contexto social afecta el estrés, riesgos, miedo, contaminación, ritmo de vida, eventos intensos, son actividades que son detonantes del dolor que dañan la calidad de vida.

El dolor mental es un círculo vicioso que redunda en lo físico y social, que desmotiva la vida del individuo en su vida personal y laboral; por ello, se necesita actuar con actividades de disfrute, relajación, tratamiento médico y terapia mental que le ayude a despejar el dolor.

URGENTE REMEDIAR LA SALUD MENTAL DE TRABAJADORES

La Secretaría de Salud federal indica que en México 3 de cada 4 trabajadores sufren estrés laboral. Además, la Secretaría de Trabajo y Protección Social, el ausentismo por temas de salud mental representa una pérdida de 23.8 por ciento en productividad.

El gobierno federal ha propuesto soluciones al tema con la Norma Oficial NOM 035 regula, entre otras cosas, la carga de trabajo y el entorno laboral para prevenir desgaste psicológico; por otro lado, la reforma a la Ley Federal del Trabajo obliga a las empresas a apoyar a los trabajadores que sufran padecimientos mentales.

Sin embargo, estas medidas resultan insuficientes al enfocarse principalmente en hacer visibles y prevenir este tipo de problemática que obligan a las empresas a darles a sus trabajadores un seguro que los respalde en caso de sufrir de su salud mental. Esto crea un vacío en la evidente demanda y necesidad por parte de los empleados.

Por su parte, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) calcula que 11 por ciento del gasto destinado a la atención de discapacidades laborales está relacionado con trastornos mentales, lo que podría elevarse a 15 por ciento en años próximos, de ahí la importancia de poner en marcha programas que permitan atender esta realidad.

Se estima que los problemas asociados al estrés, la fatiga crónica y la ansiedad dejan pérdidas anuales de 16 mil millones de pesos (800 millones de dólares) en las empresas.

MALA CULTURA EN ATENCIÓN AL DOLOR DE LOS MEXICANOS

Las y los mexicanos que sufren de algún tipo de dolor lo consideran parte normal de su día a día, en muchas ocasiones se acostumbran a convivir con el padecimiento sin importar que afecte su calidad de vida, situación que sucede por el poco o nulo conocimiento acerca de las razones que lo provocan.

Se estima que el dolor crónico afecta del 25 al 29 por ciento de la población mexicana, indica el Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento, indicando que en México un 41.5 por ciento de los adultos de más de 50 años de edad reportó sufrir dolor, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres (48.3 vs. 33.6 por ciento).

El médico ortopedista y traumatólogo, José Luis Sánchez Mejía, declaró que el manejo del dolor es inadecuado en México, aunado a que mucha gente considera que el sentirse mal es normal e ironizó que “los y las mexicanos les gusta jugar al “macho” y para curarse de un dolor optan por sólo ingerir paracetamol y optan por la cultura de “Agujo”; es decir el “me aguanto y me jodo”. Situación terrible para las personas”.

En México, 27 millones de personas sufren dolores graves. Solo cinco de cada cien tienen acceso a cuidados paliativos para disminuir su sufrimiento como enfermos terminales. Esto de acuerdo con la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor.

POCA ATENCIÓN A LAS ENFERMEDADES MENTALES

Para mejorar la salud mental en México es necesaria la unión de esfuerzos de todos los sectores de la población, que permita generar acciones coordinadas, y contar con un presupuesto adecuado. En México sólo el 20 por ciento de las personas que viven con dolencias derivadas de un trastorno mental llegan a tener una atención profesional y que en muchos de los casos pueden pasar hasta 12 años para lograr un diagnóstico.

Cristina Rosas, consultora de la organización Prospectiva, expuso que en los últimos años la salud mental ha tomado una gran relevancia. “Debido a la pandemia de Covid-19, los efectos del aislamiento social y el impacto de los grandes duelos, ante la pérdida de seres queridos y empleo, afectaron sensiblemente la salud mental de la población.”

URGE MAYOR ACCESO EN LA ATENCIÓN A LA SALUD MENTAL

El Instituto Mexicano para la Competitividad señala que entre 2013 y 2021, México asignó, en promedio, solo 2.1 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Salud para atender la salud mental, lo que pone de manifiesto la brecha existente entre las necesidades de atención de los trastornos mentales y los recursos disponibles.

Sara Montero López, directora general del Laboratorio Lundbeck México, Centroamérica y países Andinos, afirmó que “no obstante que la salud mental es una necesidad básica del ser humano, el estigma hacia las enfermedades mentales, así como la falta de recursos, infraestructura hospitalaria, atención médica especializada y acceso al tratamiento adecuado, obstaculizan la integración de las personas a la sociedad.”

La salud mental es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos, e incluye padecimientos como la depresión, la ansiedad, la epilepsia, las demencias, la esquizofrenia, algunos de los cuales se han incrementado en los últimos tiempos.

A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 450 millones de personas en el mundo sufren de un trastorno mental o de la conducta.

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