Juan Vilches, CEO y fundador de Food Innovation Studio y vicepresidente de IFT Sección México, detalló que el sector alimentos representa un 6 por ciento del PIB nacional y es urgente que se tomen acciones a favor del consumo responsable de dichos insumos, pues la pérdida y desperdicio de la comida es enorme en el país.

Explicó que el sector de alimentos es tan apremiante e importante que los mexicanos gastan 35 de cada 100 pesos de sus ingresos en todo tipo de insumos.

Indicó que se necesita nuevos modelos de eficiencia desde la producción, distribución y comercio de la comida, que impacta en primera instancia en las zonas rurales; pues se necesita una manera más sustentable sobre la adquisición e ingesta de insumos.

Aclaró que la perdida de alimentos comienza en la siembra y cosecha de vegetales y frutas, debido a dos aspectos, los aconteceres naturales como es inundación y sequía; en seguida, se presenta el desperdició por la mano humana que en México se estima es de unas 25 millones de toneladas, que se debe por desconocimientos social y estigmas personales.

Debido a su contribución al cambio climático, el desperdicio de productos alimenticios próximos a caducar se ha convertido en una problemática significativa para México y el mundo.

De acuerdo con la FAO, a nivel mundial, se estima que alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos para consumo humano se pierde o se desperdicia, lo que equivale a aproximadamente 1.3 mil millones de toneladas de alimentos al año. Además, los alimentos que nunca se consumen representan un desperdicio de recursos, como tierra, agua, energía, suelo, semillas y otros insumos utilizados en su producción.

“No debemos olvidar que tenemos el grave problema de que más de 40 millones de mexicanos padecen de pobreza alimentaria y una canasta de alimentos más abierta con más productos para ingerir puede mitigar el alza de costos y permitir que las personas tengan acceso a comida de forma básica”, dijo el miembro del Consejo Consultivo para The Food Tech.

Abundó que por estética se dejan de consumir muchas frutas y alimentos que están con calidad adecuada, así como la alta concentración en 15 cultivos que concentran mucho de la alimentación humana.

“Las personas están muy centralizadas en el maíz, trigo, cebada, cacao, café, manzana, jitomate, tomate, soya, mientras que en carne; la res, pollo y cerdo, son los grandes objetivos de la dieta social. En México se tiene infinidad de ingredientes que la gente desconoce y no aprovecha adecuadamente, un ejemplo es que se tienen más de 40 especies de maíz, pero el gran masivo consumo se enfoca en el blanco y amarillo”.

Por ello, se necesita que los gobiernos, los comercios y la propia gente, abra su mente a comer cosas diferentes y conocer nuevos alimentos, desde frutas y verduras u carnes; que pueden ser aprovechados para tener una dieta más benéfica no sólo para la persona sino para los ecosistemas del país.

“Además que el impacto climático está complicándole la vida a regiones del país como es la franja semiárida del bajío nacional, donde una de las soluciones está siendo los cultivos verticales que se practican en Querétaro y Guanajuato.

Ejemplificó que el futuro poco a poco empieza a alcanzar al segmento de los alimentos y una muestra es la biotecnología que está siendo probada en naciones de primer orden, que ha permitido la impresión de comida 3D, que se obtiene con la réplica en laboratorio de tejidos de vegetales y animales; que puede ser parte de la solución para el hambre mundial, pues el crecimiento poblacional pondrá en jaque a la agroindustria en las siguientes décadas.

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Recientes estudios elaborados por el app, Kigui, mostraron que una gran cantidad de alimentos desperdiciados en México termina en rellenos sanitarios (sitios diseñados para la disposición controlada de residuos sólidos).

Sin embargo, en una gran cantidad de hogares mexicanos, los alimentos no consumidos o estropeados a menudo se desechan en la basura común. El problema surge cuando los alimentos frescos (tales como restos de frutas, verduras, pan y otros productos perecederos) terminan en los drenajes, éstos pueden generar emisiones de gases de efecto invernadero (como el metano) que a medida que se descomponen contribuyen al calentamiento global y al deterioro del medio ambiente, explicó, Mauricio Kremer CEO y co-fundador de Kigüi.

Para solucionar dicha situación se puede optar por compostar los restos de alimentos perecederos en lugar de tirarlos a la basura (el compostaje convierte los residuos orgánicos en abono que puede ser utilizado en la creación de jardines y huertos propios, ayudando a reducir la cantidad de residuos enviados a vertederos).

«Cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia. A través de pequeños cambios en nuestros hábitos de consumo, como comprar de manera consciente y aprovechar al máximo los ingredientes, podemos contribuir significativamente a reducir el desperdicio de alimentos y su impacto en nuestro país», comentó.

La lucha contra el desperdicio de alimentos en México demanda la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Desde los productores hasta los consumidores, pasando por los comercios y las organizaciones benéficas, todos tenemos un papel que desempeñar en esta causa.

Cabe mencionar que el panorama mundial no es mejor que México; la Organización Mundial de Salud indica que existen más de 800 millones de personas padecen hambre o malnutrición en el mundo; además que en el planeta se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimento al año.

En el tema ambiental, la organización WWF estima que el volumen total de agua que se utiliza cada año a nivel mundial para producir los alimentos que se pierden es de 760 km3, que equivalen a 304 millones de piscinas olímpicas y el Banco Mundial determinó que un 44 por ciento de la basura que llega a sitios de disposición final a nivel global está compuesta por alimentos.

Cabe mencionar que esta App tiene un sistema de recompensa para los consumidores que utilicen sus esquemas de adquisición de insumos de anaquel con poco tiempo para caducar y que al ser adquiridos permitirá que se les hagan descuentos económicos en los precios de los mismos, que puede llegar hasta el 30 por ciento.

Indicó que los desperdicios de alimentos son muy similares en toda Latinoamérica, aspecto que urge remediar como atender con uso de la tecnología

MEXICO Y SU POTENCIAL DE PRODUCCIÓN DE FRUTAS Y VEGETALES

Los datos más recientes reportados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO), sitúan a México como uno de los cinco mayores productores mundiales de frutas y hortalizas, con un total de 32 millones de toneladas anuales. Entre los productos más sobresalientes destacan el aguacate, la zarzamora, el limón, la frambuesa y las fresas.

La fortaleza y el dinamismo de la producción de frutas y hortalizas en México se asocia, entre muchos otros factores, a la ventaja dada por condiciones climatológicas idóneas para el cultivo de estos productos.

De acuerdo con Statista, hay frutas y verduras que en México se consumen con frecuencia, entre las favoritas de los mexicanos se encuentran la naranja, con 35.5 kilogramos de consumo anual per cápita; le siguió el limón, con 17.1 kilogramos, y en tercer lugar se ubicó el plátano, con 14.5 kilogramos. En lo que respecta a las verduras, la papa lidera la lista con un consumo anual per cápita de 16 kilogramos, le siguen el jitomate y el chile en sus diversas variedades.

LOS RETOS CLIMÁTICOS AFECTAN LA AGRICULTURA DEL BAJÍO

Manuel Recalde, líder de la Cadena Alimentaria a nivel Latinoamérica de la empresa agroindustrial Corteva, indicó que existen grandes retos climáticos, comerciales y de calidad de la producción de agroalimentos en México, en el caso del bajío nacional, se tiene el desafío del clima semidesértico y que sus productos cumplan estándares de alta calidad de otros países a donde se exportan sus hortalizas.

En el caso del bajío nacional, donde se tiene un ambiente semi desértico, pero que se distingue por su alta producción de hortalizas para exportación, señaló que es una región que tiene una gran apuesta con la tecnología agrícola, que permite que todo el país sea el 8 productor mundial de hortalizas y en general, México está entre los 12 mayores productores agroalimentarios del planeta.

También se tiene que tener un gran cuidado en uso de insumos como es el agua, la tierra, uso adecuado de productos tecnológicos y plaguicidas, etc., para no dejar de cumplir los reglamentos de exportación mundial”, indicó.

Aceptó que es una realidad que los grandes productores agrícolas tienen acceso de primera mano a las tecnologías agrícolas; por ende, es necesario que empresas proveedoras tengan toda la mejor disposición de atención a los pequeños productores, pues es indispensable que el campo nacional se tecnifique, pues el consumidor moderno y las leyes son muy exigentes con los alimentos.

Detalló que existen grandes retos para la producción de alimentos en México como en el planeta, pues al año 2050 se estima habrá más de 10 mil millones de personas; por ello, se necesita acrecentar en productividad en los campos agrícolas; que en extensión sólo puede acrecentarse un 9 por ciento, mientras que se debe aumentar en un 50 por ciento la producción de alimentos.

Sin olvidar que los nuevos consumidores son muy exigentes sobre los alimentos; se pide que sean orgánicos, amigables con el medio ambiente, aunado a que la agricultura debe cumplir diversas regulaciones para la exportación de agroalimentos para Estados Unidos y la Unión Europea.

6 DE 10 ENFERMEDADES SE RELACIONAN CON LA COMIDA

Una alimentación balanceada es fundamental para el bienestar de las personas, sobre todo en México que, según los índices presentados en el “Atlas Mundial de la Obesidad 2022” (World Obesity Atlas), es el sexto país con mayor obesidad en población adulta y se estima que para el 2030 incrementará hasta 36 por ciento este padecimiento.

Esta situación representa un grave problema de salud pública, ya que la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, entre otras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 6 de cada 10 enfermedades están relacionadas con nuestra alimentación.

Algunos factores que influyen en la alimentación son los hábitos y cambios en la rutina de cada persona, así como las estaciones del año. Con la llegada de la primavera y las vacaciones es común que las personas se relajen y se permitan comer alimentos ricos en grasas y azúcares, como los caramelos, los alimentos procesados y las bebidas azucaradas. Estos malos hábitos alimenticios pueden tener un impacto negativo en la salud, especialmente para aquellos que ya luchan contra este padecimiento.

EJEMPLAR EL PAPEL DE LOS BANCOS DE ALIMENTOS

En México se cuenta con la Red Bancos de Alimentos (BAMX), que lleva casi tres décadas trabajando en el rescate y distribución de alimentos, para mejorar la calidad de vida de la población vulnerable del país. Debido a que en la nación se pierden o desperdician casi 30 millones de toneladas de alimentos al año, lo equivalente a más del 40 por ciento de la producción total de alimentos.

Por ello, desde 2021, la Red BAMX lanzó la iniciativa Pacto por la Comida (PPLC), un Acuerdo Voluntario (AV) que busca reducir hasta un 50 por ciento la pérdida y desperdicio de alimentos en un período de 10 años.

Cabe recordar que la pérdida de alimentos genera grandes cantidades de gases de efecto invernadero, lo cual contribuye a los impactos negativos ya conocidos del cambio climático. De acuerdo con el informe “Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en México – Una Perspectiva Económica, Ambiental y Social”, elaborado por el Banco Mundial, se calcula que de 25 alimentos representativos de la dieta de los mexicanos, se generan 36 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente; lo que corresponde a las emisiones anuales de 15.7 millones de vehículos, o bien, a las emisiones de la flota vehicular de la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León.

Además, la pérdida y desperdicio de alimentos también contribuye a la escasez de agua, pues se estima que en promedio se requieren 40 mil millones de metros cúbicos de recursos hídricos, para producir productos que no se consumirán. Este volumen es similar al del agua potable que utiliza la población nacional durante 2.4 años.

Un cálculo conservador del costo de las pérdidas y desperdicios estimados de alimentos, tanto de importación como de exportación, asciende a más de 25 mil millones de dólares, es decir, más del 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

La Red BAMX está compuesta por 54 Bancos de Alimentos con presencia en 26 estados y cobertura en 30. En el 2022 logró rescatar más de 149 millones de kilos de alimentos que han beneficiado a 1,732 instituciones y más de 8,000 comunidades, ayudando a mejorar la alimentación de 1,718,446 millones de beneficiarios de forma constante cada mes.

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