Cada año una parte de los campos de Grupo La Norteñita, en Cuauhtémoc, Chihuahua, se cubre de pétalos blancos con matices rosas. La belleza es impresionante y esconde un secreto, pues no son manzanas, la fruta que normalmente se produce en ese lugar. Lo que dará fin al ciclo de vida de estas flores ¡son cerezas!, pero no cualquier tipo, éstas son amarillas y esconden un secreto.

En nuestro país, la mayoría de las cerezas que se consumen son rojas y provienen del mercado internacional, a lo largo del año llegan frutas originarias de California, Washington y Sudamérica, específicamente de Chile. En ese contexto, el volumen de la producción nacional es pequeño y las cerezas amarillas son casi desconocidas; sin embargo, Grupo La Norteñita da la cara en la producción de estos frutos y se encarga de cosechar una cereza con mucho sabor a México.

El año pasado lograron recolectar alrededor de 33 toneladas de este delicioso fruto y este año se espera que la pisca sea de 40 toneladas. De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura, sólo Puebla y Chihuahua producen cerezas, entre ambos la cantidad anual es de un total de 155.70 toneladas, lo que significa que Grupo La Norteñita produce una de cada 4 cerezas mexicanas.

En Chihuahua existen alrededor de 25 hectáreas destinadas a la producción de cerezas de las cuales 10 pertenecen a Grupo La Norteñita. A lo largo de esas tierras se siembran tres variedades de cerezas: Skeena, Sweet Heart y Rainier, esta última es el tesoro de la casa.

Para muchas personas, su color puede sugerir que la pisca de esta cereza se realizó antes de tiempo, pero lo cierto es que se trata de una joya dorada entre las frutas: su piel es suave y amarilla, en ella resaltan algunos toques de color rojo brillante que le dan una apariencia única, su pulpa es jugosa, sus notas de sabor son una composición de dulzura y un toque de ligera acidez. Cada mordisco es una promesa de felicidad y una invitación a disfrutar el romance de la naturaleza.

Además de su extraordinario color, los beneficios a la salud también son una de sus cualidades, pues aporta vitaminas A, C, D, E y las del grupo B. Adicional a eso, estudios han demostrado que este fruto también posee propiedades antiinflamatorias y son fuente de potasio, que puede ayudar a controlar la presión; y de melatonina, que aporta a tener un ciclo de sueño saludable. Por otra parte, el valor calórico de las cerezas es moderado y poseen fibra, por lo que son una fruta ideal para quienes desean una alimentación balanceada.

Alrededor del mundo esta variedad amarilla se conoce como la reina de las cerezas, ¡y con justa razón! Producirla es toda una proeza: su ciclo de producción comienza en los meses más fríos, esto significa que son una de las frutas que florecen en los primeros meses del año, por lo que son más susceptibles a los cambios de temperatura y, por lo tanto, requiere mayores cuidados.

En los campos de Grupo La Norteñita el esmero para cuidar de este tesoro es inigualable, pues a cada árbol se le coloca una malla para proteger el fruto. En algunas ocasiones esto no es posible, en esos casos se cubre la huerta entera. Además, las cerezas son monitoreadas constantemente para evitar plagas y contaminación.

Como resultado del gran trabajo que llevan a cabo, en abril los campos de Grupo La Norteñita se llenan de hermosas flores de cerezo o sakuras, como se les conoce en Japón. Más tarde, durante el mes de junio, inicia la pisca: durante 5 o 6 semanas cada trabajador dedica alrededor de 280 horas a recolectar las cerezas que han sido cultivadas, sumando en total más de 16 mil 800 horas para llevar a cabo esta labor.

Con el trabajo de sus manos expertas, los recolectores comienzan un proceso totalmente artesanal, pues ninguna máquina interviene. Después de ser recolectada, la fruta recibe un baño frío en la huerta, ya que es necesario mantenerlas frescas para asegurar su vida en anaqueles. Luego se transporta en camiones refrigerados y se empaca dentro de una sala fría para finalmente ser llevada a grandes almacenes donde serán ofrecidas a los consumidores.

Las cerezas amarillas de Grupo La Norteñita se distribuyen a través de centrales de abasto en la Ciudad de México y Monterrey, de esa forma llegan a tianguis, mercados y puestos de frutas y verduras. Adicionalmente, se pueden encontrar en algunas cadenas de supermercados, donde se distribuyen bajo el sello de Delisana, la principal marca de Grupo La Norteñita, el cual se puede identificar por su etiqueta de color azul con una manzana bicolor: roja y verde.

Cuando se piensa en esta fruta —en el mejor de los casos— se evoca a un pequeño alimento rojo; sin embargo, la cosecha de cerezas amarillas de Grupo La Norteñita le ha dado la oportunidad a los paladares de miles de mexicanos de ser testigos de un sabor único. De esa forma, sólo es posible decir que se han comido cerezas cuando se han probado las que se producen en Chihuahua, en los campos del gigante agroalimentario de México.

Son una verdadera joya de la fruticultura mexicana, una muestra del potencial que tiene nuestro país para generar productos de alta calidad y sabor inigualable. Cada temporada de cosecha nos recuerda la belleza y la perfección que se puede encontrar en los detalles más pequeños de la vida.

 

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