Los trabajadores de la economía informal, profesionistas gig, adultos mayores y quienes tienen ingresos de salario mínimo, se catalogan como las personas relegadas de los productos bancarios.

Principales créditos a  través de  casas de empeño, familiares y amigos, MiPymes, etc., pero también están los 19 millones de trabajadores que ganan un salario mínimo.

Liliana Silva, experta en finanzas personales de la Fintech Cash Cash Préstamos, asegura que los relegados de las instituciones financieras para obtener un crédito, se vuelcan a pedir préstamos a familiares y amigos, cajas de ahorro no reguladas, casas de empeño y hasta Fintech apócrifas, aseguró Silva.

Así, crece la mancha de “relegados” del sector financiero que buscan créditos “botiquín” o de sobrevivencia: las mipymes para adquirir insumos, mercancías o capital de trabajo en general. Las personas físicas para adquirir medicamentos y consultas médicas en primer lugar, luego para pagar servicios básicos como agua o luz y en tercer término para adquirir productos de la canasta básica.

Asimismo, se detecta la tendencia de préstamos destinados al acondicionamiento del hogar para trabajar desde casa. En suma “se emplea en crédito en necesidades apremiantes, no en lujos. Covid-19 cambió los estilos de vida y los patrones de consumo losvolvió más austeros”, dijo la experta en finanzas.

La pobreza laboral, como se le llama a la insufiencia de recursos para llegar a fin de mes, por otra parte, impulsa los créditos menores de cinco mil pesos en plataformas digitales, de ahí que uno de los subsectores con mayor crecimiento en México sea el de préstamos, dijo Silva.

La representante de la Fintech aseguró que la población desdeñada de los sistemas tradicionales de crédito, corren el riesgo de adquirir préstamos con intereses de hasta 400 por ciento, caer en fraudes o involucrarse en sistemas piramidales: adquirir créditos sin fin para pagar los adeudos.

Mencionó que México se posiciona a pasos acelerados entre las naciones con  mayor pobreza laboral: el autoempleo en el país es del 30 por ciento que contrasta con el 6 por ciento que se registra en Estados Unidos. Asimismo, existen 19,500 vendedores informales sólo en la Ciudad de México, cifra que permite inferir la enorme cantidad de población sin acceso al crédito.

“Un sector en el que se discrimina a una importante base de la población son los adultos mayores, pues para conceder un préstamo el límite de edad es de 64 años con 11 meses”, asegura la vocera de la Fintech y alerta que el crédito al consumo lleva 20 meses a la baja.

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