La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) considera que el elevado costo energético, prohibiciones comerciales, restricciones y factores climáticos, sumado a la ultrademanda de alimentos, producto de la actual pandemia, es el coctel perfecto para recibir el segundo semestre del año con notables alzas de precios que continúan debilitando el poder adquisitivo de las familias mexicanas.

“La inflación reportada por INEGI que reporta para la primera quincena de junio de 6.02% (inflación subyacente) y 10.61% de la inflación no subyacente (servicios y alimentos) confirma los sondeos de mercado que mes a mes realiza ANPEC para establecer la variación de precios en los productos de la canasta básica”, declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

El alza energética es el principal factor que ha detonado la espiral inflacionaria en el país. En el último año las gasolinas han aumentado el 22%; gas LP 30%; la energía eléctrica 12%, factores que impactan los costos de producción y suministro.

“Aunado a esto, el factor climático juega un papel determinante, la prolongada sequía que afecta a más de un 80% del territorio nacional nos ha obligado a importar más granos y eso ha elevado su costo, como por ejemplo: el maíz, elevando el costo de la tortilla un 10% en el último año”, comentó Rivera.

Los precios de los cárnicos también se han disparado: puerco 15%, pollo 30% y res 11%. La pandemia también ha provocado mayor inflación, con las restricciones y prohibiciones comerciales que se han impuesto, provocando una ultrademanda en el consumo de los productos esenciales que eleva su costo.

“El problema de la inflación en nuestro país ha ido tomando tonalidades graves y esto lo evidencia. El sorpresivo aumento de la tasa de interés de 4% a 4.5% que anuncio Banxico en los últimos días, con la intención de contener la inflación”, agregó Rivera.

Sin embargo, lo más dramático de este escenario es el pronóstico que anunciara INEGI al sentenciar que será hasta el 3er trimestre del 2022 cuando “tal vez” podríamos volver a una tasa de inflación de 3%, originalmente prevista previo a la pandemia.

Esto confirma la sensación térmica de mercado que ANPEC ha venido reportando al prever que cerraremos el 2021 con una mayor inflación sin visos de poder controlarla.

Lamentablemente todo indica que los precios de los alimentos y servicios seguirán subiendo, abatiendo el consumo privado de los consumidores mexicanos, afectando aún más la ya vilipendiada economía familiar.

 

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