La pandemia del COVID-19 dejará amplias secuelas en la economía y empleo mexicano, provocando que disminuya el acceso a los alimentos, sin embargo, otro riesgo que se avecina es la aplicación de la Norma Oficial Mexicana (NOM)-51, que modificó el artículo 161 del Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios, el cual dice que ya no se podrán adicionar nutrimentos a los alimentos no procesados o frescos, así como tampoco a las bebidas no alcohólicas preenvasados.

Paola Zarza, nutrióloga especialista en obesidad y Educadora en Diabetes y fundadora de la organización Nutripuntos, lamentó que esta situación provocará que infinidad de productos que se expenden en el mercado nacional dejen de ser enriquecidos con vitaminas y minerales, desde cereales, bebidas, yogurt, gerbers, conservas, embutidos, etc., y este sector se convierta en monopolio exclusivo del Estado mexicano.

Indicó que México es la segunda nación en obesidad a nivel global, sin embargo, está no es la forma de evitar que la gente suba de peso. “Se requiere fomentar una alimentación balanceada y no evitar que el organismo ingiera vitaminas y minerales que son esenciales para los menores de edad como las mujeres en edad de embarazo”.

México cuenta con la mayor tasa de sobrepeso y obesidad entre su población, al compararle con otros países de América Latina. En los adultos hombres alcanza a 45% y en el caso de las mujeres a 43%, informó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). También se estima que 50% de mexicanos padece algún grado de pobreza y desnutrición.

Explicó que México tiene dos grandes males, la desnutrición y la obesidad, que no han sido atendidos de forma adecuada por las instancias de salud del país. “Al momento con esta nueva ley -por aprobarse- el gobierno se concentrará en fortificar a los productos derivados del maíz, trigo lácteos, principalmente, pero el resto de los productos del mercado se les obligará a ser insípidos y sin fortificación”.

Ejemplificó que esta realidad convierte a México en la única nación del continente americano en optar por este tipo de política centralista que deja la alimentación balanceada a la exclusiva decisión de la burocracia federal.

Recordó que la modificación de la NOM-51 deriva del nuevo etiquetado de alimentos que entrará en funcionamiento en fechas por definir.

Hace poco fue aprobada la Norma NOM-51, relacionada con el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, que obliga a las empresas de estos sectores a incluir un nuevo etiquetado de advertencia.

En México obligatoriamente se fortifican la sal con yodo y/o flúor según la región; la harina de trigo y harina de maíz con tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico, hierro y zinc y la leche con vitamina A y D, lo que ha demostrado ser una de las mejores estrategias complementarias para proveer de micronutrimentos a toda la población.

Esta situación, dijo, ha sido poco informada al público, que vivirá una afectación en su sana alimentación. Se estima que los adultos mexicanos padecen deficiencia de hierro y vitaminas en un 40%. Aunado a que se afectará en demasía a las empresas.

Datos sobre la nutrición

La desnutrición por carencia de micronutrientes (DCMN) está generalizada en las naciones industrializadas y aún más en las regiones en desarrollo del mundo.

A nivel mundial, las tres formas más comunes de DCMN son la carencia de hierro (la más prevalente), vitamina A, y de yodo.

De acuerdo con los datos de mortalidad de la OMS, cada año, alrededor de 0.8 millones de muertes (1.5% del total) se pueden atribuir a la carencia de hierro, y una cifra similar a la deficiencia de vitamina A.

Nutrición en México

De acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (ENSANUT), poco más del 50% de los hogares urbanos y casi el 70% de los hogares rurales, viven con inseguridad alimentaria. Esto quiere decir que la mayoría de los hogares en el país, no cuentan con acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para cubrir sus requerimientos nutrimentales mínimos.

Con estas cifras, se puede concluir que más de la mitad de la población vive en inseguridad alimentaria y que desafortunadamente el consumo de alimentos ricos en nutrientes (vitaminas, minerales, fibra, proteína, ácidos grasos esenciales como Omegas) es bajo.

Rol de la fortificación voluntaria en la salud pública

Entre las medidas -implementadas por diferentes gobiernos en todo el mundo- para erradicar la malnutrición, se encuentran: diversificación de la alimentación, educación nutricional, medidas de salud pública e inocuidad de los alimentos, suplementación y fortificación de alimentos.

Esta última, se refiere a la adición de micronutrientes a los alimentos procesados, misma que conduce mejoras rápidas y efectivas al estado nutricional de una población. En este mismo sentido, y debido a que los beneficios son potencialmente considerables, la fortificación de alimentos es una intervención de salud pública costo-efectiva.

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