La hipertensión afecta a casi uno de cada dos adultos en Estados Unidos y, alarmantemente, solo uno de cada cinco personas la tiene bajo control.
Existe una nueva herramienta en la lucha contra la hipertensión. Se trata de la denervación renal; un procedimiento mínimamente invasivo que interrumpe las señales que elevan la presión arterial enviadas desde las arterias renales al sistema nervioso central. Este nuevo procedimiento ofrece a los pacientes con hipertensión crónica, o resistente al tratamiento, la posibilidad de un alivio a largo plazo.
«Este es un hito importante en las ciencias médicas y, con suerte, el inicio de una nueva era marcada por opciones de tratamiento más innovadoras, duraderas y diversas para una condición que afecta a tantas personas y contribuye significativamente a la carga global de enfermedades», explica el Dr. Alpesh Shah, director de Intervenciones Coronarias en el Hospital Houston Methodist. «Los medicamentos recetados son efectivos, ampliamente disponibles y accesibles, pero no funcionan para todos».
Similar a un cateterismo cardíaco, la denervación renal se realiza insertando un catéter en la arteria femoral, navegando hasta las arterias renales y ablacionando las terminaciones nerviosas que provocan el aumento de la presión arterial.
Las fibras nerviosas aferentes renales transportan información desde los riñones hacia diversas regiones del sistema nervioso central que desempeñan un papel clave en la regulación del sistema nervioso autónomo y la función cardiovascular. Incluso, la hiperactivación de los nervios aferentes renales altera estas actividades y contribuye al desarrollo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
«La idea es interrumpir la comunicación entre los riñones y el sistema nervioso central mediante ablación por radiofrecuencia», aclaró el Dr. Shah. «Ablacionamos entre cuatro y doce puntos en ambos lados, izquierdo y derecho, lo que nos permite reducir la actividad nerviosa en las arterias renales y bajar la presión arterial hasta 10-15 mm».
Este descenso sostenido de 10 mm en la presión arterial sistólica —similar a lo que se logra con un medicamento recetado para bajar la presión— puede reducir el riesgo de mortalidad cardiovascular hasta en un 40 %, además de brindar beneficios adicionales de protección contra la demencia, la pérdida de memoria, el derrame cerebral y más, según estudios.
Los expertos del Hospital Houston Methodist han sido pioneros en realizar este procedimiento que es el único tratamiento no farmacológico para la hipertensión aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, por sus siglas en inglés).
La aprobación del procedimiento, por la FDA, representa un cambio significativo hacia la adopción de tratamientos basados en procedimientos a largo plazo en respuesta a la creciente demanda de los pacientes.
Desde la aprobación de la FDA en marzo de 2024, el Dr. Shah ha realizado el procedimiento en múltiples pacientes del Hospital Houston Methodist, sin complicaciones y con resultados prometedores en la presión arterial reportados hasta ahora.
Aunque originalmente estaba destinado a casos resistentes, ahora el procedimiento puede ofrecerse a cualquier persona que padezca hipertensión primaria, lo que representa un avance en el modelo de toma de decisiones compartida entre médicos y pacientes.
Algunos pacientes, especialmente aquellos en edad media, suelen expresar su deseo de evitar la dependencia de medicamentos a largo plazo para controlar su presión arterial. Esta situación recuerda a lo que ocurre con la fibrilación auricular: si bien muchas personas pueden convivir con esta arritmia, con el tiempo buscan una solución más definitiva, como la ablación, para eliminarla por completo. A partir de esa experiencia, se desarrolló un enfoque estructurado para abordar esa necesidad, y actualmente se está aplicando un modelo similar en el manejo de la hipertensión.
El Dr. Shah señala la importancia de revisar los criterios de elegibilidad y enfatiza la necesidad de diferenciar la hipertensión primaria de las causas secundarias. Una evaluación rigurosa, que incluya monitoreo ambulatorio de la presión arterial, garantiza la idoneidad del paciente para el procedimiento.
«Afortunadamente, casi no hay preocupaciones de seguridad con esta terapia, sin importar la edad del paciente, porque es un procedimiento ambulatorio que solo requiere anestesia local, y los pacientes generalmente pueden irse a casa el mismo día», menciona el experto.
«Sin embargo, en el lado negativo, hemos encontrado que no funciona para todos», advierte el Dr. Shah. «Hasta un tercio de los pacientes no logra el beneficio clínico mínimo, definido como una reducción de 5 mm en la presión arterial».
Como participante clave en el ensayo de hipertensión SPYRAL AFFIRM, el Dr. Shah y su equipo esperan identificar los factores que influyen en el éxito o fracaso de la respuesta al tratamiento. Ensayos previos han mostrado resultados mixtos similares e identificaron desafíos en la selección de pacientes y el ajuste de la medicación.
«Aunque los resultados no siempre se manifiestan de inmediato, a menudo los beneficios sostenidos emergen con el tiempo, con reducciones significativas en la presión arterial observadas en la mayoría de los casos», finaliza el Dr. Shah.
«También es importante analizar la durabilidad. Todo lo que hemos visto y estudiado indica que esta es una terapia permanente, de ‘una sola vez y listo’. Y en el ámbito del manejo de la hipertensión, eso marca una gran diferencia».