En el marco del Día Mundial de la Leche, que se conmemora el 1 de junio, México ocupa el octavo lugar en producción mundial de leche bovina1 y ha consolidado a Jalisco, Coahuila, Durango y Chihuahua como líderes en la producción de este alimento, aportando 2 de cada 100 toneladas de leche producidas en el mundo.2
La leche es una fuente natural de energía y también aporta minerales clave como el calcio, el fósforo y el zinc, fundamentales para la salud ósea y celular. En su perfil nutricional se destacan vitaminas esenciales como la A, C, D y varias del complejo B (B1, B2, B3 y B9 o ácido fólico). Además, contiene proteínas de alto valor biológico que el cuerpo utiliza para crecer, reparar tejidos y sostener funciones vitales. Todo esto la convierte en un alimento completo y difícil de reemplazar.
La industria lechera mexicana enfrenta un reto importante: fortalecer la crianza de becerras para garantizar un hato sano y productivo que impulse el crecimiento del sector. Detrás de cada litro de leche está el manejo integral en las etapas iniciales de las crías. Durante los primeros meses de vida, la nutrición y el manejo adecuado de las becerras determinan su potencial productivo a largo plazo.
“La crianza de becerras es el primer paso en la cadena productiva, por lo que implementar estrategias de alimentación balanceada y un manejo preventivo durante las primeras semanas de vida optimiza el crecimiento, fortalece el sistema inmunológico y asegura un mejor desarrollo del tracto digestivo, lo que se traduce en vacas más longevas y productivas. Invertir en la nutrición temprana de las crías es, sin duda, apostar por un futuro más competitivo y rentable para toda la industria ganadera”, señaló Sergio Maynez, Gerente Nacional de Ventas de Ganado Lechero de la Unidad de Ganadería de MSD Salud Animal en México.
Durante los primeros días de vida, las becerras dependen de una dieta rica en nutrientes esenciales que sientan las bases para un crecimiento óptimo. Sin embargo, el 50% de la mortalidad en bovinos ocurre durante estas primeras semanas3, lo que subraya la importancia de implementar programas integrales de manejo, nutrición y bienestar animal que prevengan enfermedades y aseguren un adecuado desarrollo.
“Además, la prevención no es únicamente el seguimiento de la nutrición, sino como una estrategia integral que comienza con un entorno limpio, adecuado y libre de estrés. Para la formación de vacas lecheras más robustas y resistentes debemos implementar prácticas como la higiene en áreas de alimentación y descanso, el control del estrés térmico y el monitoreo constante del estado de salud. Esta combinación de nutrición balanceada, manejo preventivo y tecnología avanzada garantiza una producción eficiente y el bienestar”, destacó Sergio Maynez.
Así, la tecnología resalta como un aliado para mantener ese equilibrio a lo largo del ciclo productivo. En un contexto donde la rentabilidad depende de la eficiencia productiva, la adopción de tecnologías de monitoreo es una estrategia esencial para el sector lechero.
Sensores, plataformas digitales, análisis de datos e inteligencia artificial están transformando el monitoreo tradicional en un proceso automatizado, preciso y predictivo. Estas herramientas permiten registrar y analizar continuamente información sobre la salud, la reproducción, el comportamiento y la producción de leche de cada animal, lo que facilita intervenciones oportunas y decisiones más acertadas.
Soluciones tecnológicas como SenseHub permiten a los productores realizar un monitoreo en tiempo real del comportamiento, salud y actividad de las vacas, brindando alertas tempranas sobre posibles enfermedades y optimizando la alimentación del animal.
“La tecnología no reemplaza la experiencia del ganadero, pero sí le brinda herramientas para tomar decisiones basadas en datos, optimizar los recursos y asegurar la salud del hato a largo plazo”, concluyó el especialista.
MSD Salud Animal reafirma su compromiso con la crianza responsable de los animales de producción, impulsando prácticas de nutrición avanzada, manejo preventivo y adopción tecnológica que garantizan una producción más eficiente al mismo tiempo que promueven un sector lechero más competitivo, sostenible y rentable.