Las enfermedades crónicas, el dolor físico no diagnosticado y la falta de atención a la salud mental están costando a las empresas mexicanas más de lo que creen. La plataforma de salud Betterfly presento datos que exponen una realidad urgente: el 30 por ciento de los días laborales en México se pierden por enfermedades prevenibles como la diabetes y la hipertensión.
Estas condiciones de salud, junto a la depresión, el estrés crónico y el dolor persistente, no solo impactan la vida personal de los colaboradores, sino también los indicadores clave dentro de las organizaciones.
Claudia Juárez, psicóloga y maestra en comunicación social, compartió que la depresión genera hasta 2.7 días más de ausencia laboral que enfermedades como la diabetes o la artritis, y que uno de cada cinco adultos a nivel mundial sufre algún tipo de dolor crónico que puede derivar en incapacidades temporales o permanentes.
“El diagnóstico de salud debe entenderse como un proceso continuo y colaborativo, no como una medida única o un trámite de ingreso”, explicó.
Propuso una serie de acciones concretas que las empresas pueden adoptar, entre ellas: evaluaciones físicas periódicas, revisiones de salud mental, análisis de hábitos, audiometrías, visiometrías, pruebas de coordinación motriz, revisiones osteomusculares y evaluación de la salud bucal, ya que ciertas bacterias asociadas a caries y encías inflamadas se relacionan con enfermedades cardiovasculares, depresión y deterioro cognitivo.
Desde la insurtech, la urgencia es clara: en un país con altos niveles de estrés laboral, México ocupa el primer lugar a nivel mundial, seguir ignorando la salud es una omisión con consecuencias económicas y sociales profundas.
“Impulsamos la prevención a través del fomento de hábitos saludables como la meditación, el ejercicio físico y el acceso a asistencia médica a través de alianzas de diversas instituciones”, afirmó Lina Vanegas, Head of Marketing de Betterfly en México.
El concepto de salud en el entorno laboral no debe limitarse a la ausencia de enfermedad, sino entenderse como un estado integral de bienestar. Hay un principio que me gusta repetir mucho. Medir es cuidar”, recalcó.
Además de reducir el ausentismo, estas prácticas ayudan a prevenir el presentismo, fenómeno cada vez más frecuente en el que los colaboradores están físicamente presentes, pero emocional y cognitivamente desconectados. También se reduce la rotación de personal, al generar mayor satisfacción y sentido de pertenencia entre los equipos.
“El mensaje de fondo es claro: no se puede construir una empresa resiliente sobre una base de cuerpos cansados y mentes agotadas. Cuidar la salud de forma ética, constante y respetuosa no solo es una inversión en capital humano, sino también una acción de responsabilidad social y visión a largo plazo”, puntualizó.