• Urgen científicos a estudiar impacto climático en la percepción de dolor
  • El dolor crónico afecta del 25 al 29 por ciento de la población mexicana

 

La contaminación ambiental es otro factor que causa dolor y molestias que pueden derivar en enfermedades  crónicas e incluso fatales. Los niños, las personas con enfermedades previas respiratorias o del corazón, las mujeres embarazadas y las personas mayores son los más vulnerables, aunque toda la población está expuesta a los efectos de la baja calidad del aire, consumo de agua contaminada, exposición a desechos tóxicos, etc., que les propiciarán dolores constantes de toda índole.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) establecen que en México 27 por ciento de sus habitantes, o sea 40 millones, sufren dolor. Además, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, las mujeres son las más afectadas, y en la población en general la prevalencia de este malestar aumenta conforme la edad.

El panorama de la salud en América Latina y el Caribe es desafiante y está íntimamente ligado al cuidado del medio ambiente. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, actualmente el 13 por ciento de las muertes en la región son atribuidas a riesgos ambientales, suponiendo 847.000 muertes anuales.

Tanto la crisis climática como la aparición de enfermedades zoonóticas tienen su origen en la destrucción de hábitats, la introducción de especies invasoras, los cambios en el uso del suelo, la contaminación, el crecimiento de la población y la sobreexplotación de los recursos naturales.

Estas crisis reafirman la necesidad de ampliar sustancialmente el alcance de los temas ligados a la salud y adoptar enfoques sistémicos y transdisciplinarios, teniendo en consideración la gestión sostenible de los recursos naturales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado que la contaminación hace que la piel envejezca más rápido, especialmente la de la cara, el cuello y las manos. La suciedad y el smog hacen contacto con los rayos UV, creando radicales libres que evitan que las células de la piel se oxigenen. Todo esto puede causar arrugas, manchas en la piel, acné, resequedad, una apariencia apagada y en un futuro alergias en la piel y hasta cáncer.

Además que la OMS estima que una de cada cuatro enfermedades en el mundo puede estar relacionada con factores ambientales, siendo diferentes en cada región del mundo, y que alrededor del 20 por ciento de las muertes en el continente europeo se deben a problemas derivados de la degradación del medio ambiente.

La salud ambiental se relaciona con todos los elementos físicos, químicos y biológicos externos a una persona que inciden en su salud. Es decir, todos aquellos que sirven de indicadores para la prevención y la creación de ambientes propicios para una adecuada salud humana.

Al respecto, la doctora Rocío Guillen Nuñez, de la Clínica Alive en la Ciudad de México (CDMX), explicó que de forma anual, son 232 millones de pacientes en cirugía en el mundo y 185 millones sufrirán dolor después y un 80 por ciento padecerán dolor de forma moderada o severa.

Alertó que el cambio climático es un elemento que acrecienta el dolor y diversos estudios señalan que si afectan a quienes ya tienen problemas muscular esquelético, que como es artritis, problemas articulares en especial en adultos mayores, principalmente.

Sin embargo, en otros padecimientos se necesita más estudios y los aumentos del dolor en las personas que viven en climas más a nivel de mar, pero el frio extremo que se padece en la actualidad es una realidad. La ciencia necesita más investigación para este nexo.

“El cambio climático si afecta al dolor de los mexicanos, cuando se conjugan la humedad y el frio, en especial en quienes padecen dolores corporales. Se tiene que reconocer que quienes ya tienen problemas de los huesos, músculos y articulaciones si sentirán más dolor. La población sana debe actuar de forma preventiva para evitar caer en esta situación”, subrayó.

Desmitifico que las mujeres no son quienes más soportan el dolor, sino que un estudio de la OMS señala que son más susceptibles a no soportar dicho padecimiento en una cirugía.

Los  ámbitos bruscos de temperatura incrementa la percepción de dolor de personas con problemas de dolor musculo esquelético y de aprecia que incrementa el clima los padecimientos.

Lamentó que muchos tratamientos solo es para paliar el dolor y no evitar que la gente lo padezca. Existen medicamentos y otros sistemas para atender el dolor. Las terapias deben ser multimodal para que la gente no se sienta mal, desde aspectos quirúrgicos hasta psicológicos. Se debe educar al paciente para que sepa desde cómo caminar, cargar cosas y dormir para evitar dolores, dijo.

El dolor tiene que ser atendido en los sistemas públicos de salud. Aunado a que las universidades deben sumar la materia de atención al dolor. Aunque, lamentó que las autoridades legislativas y federales no han prestado atención a que instancias sanitarias tengan medicamentos para el dolor crónico. Se tiene que entender desde un inicio sobre que lo genera.

Sin olvidar que la gente debe educarse en su salud, desde hacer actividad física, buena alimentación, etc., para saber su realidad en salud. El dolor crónico tiene un impacto negativo en la vida de las personas y se tiene que atenderse por un médico y saber bien sobre sus dolencias como causas y consecuencias. Existe el autocuidado que debe hacer el individuo en su vida.

Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio del Dolor, el Dr. Ángel Manuel Juárez, abundó que el clima variable es un factor que acrecienta más el dolor, pues un ambiente más frio afecta los flujos sanguíneos y dolores musculares. En época navideña se sube de peso que repercute en lumbalgia o dolor articular.

Existen otros factores aparte del clima que provocan más dolor, como es la obesidad, la diabetes, el sedentarismo, el uso excesivo de sistemas digitales en menores de edad, pero el cambio climático se puede sumar a estos sistemas dañinos para el organismo humano.

Indicó que la automedicación no es la solución al dolor. La automedicación en muchas ocasiones es errónea como es el consumo de antibióticos, para gripe o tos, que ha provocado que existan bacterias muy fuertes que lleva a la gente a los hospitales.

Al consumir medicamentos no recetados se deben consumir lo menos posible de tiempo. Lo prioritario es consultar al médico. Los antiinflamatorios para dolores pueden derivar en diversos problemas intestinales y hasta cardíacos.

El dolor crónico está comenzando a ser considerado en instancias públicas o privadas (existen 79 clínicas del dolor en el país). Así como en las personas que comienzan a considerar hasta su salud mental que no sufra de dolencias.

Existen factores como es el clima, stress, falta de actividad física, mala alimentación, etc., son algunos de los factores que juntos o por separado generan dolor en las personas.

MEXICANOS POCO ADAPTADOS A LOS CAMBIOS BRUSCOS DEL CLIMA Y DEL DOLOR

Un informe de la ONU señala que hay casos de problemas de salud mental como consecuencia del clima extremo y el aumento de las temperaturas. También advertía de que estas condiciones extremas sólo van a empeorar. En 2017, la Asociación Americana de Psicología argumenta que los expertos en traumas y los terapeutas serán esenciales para ayudar a las personas a hacer frente a un planeta cambiante con los alargamientos de los años de vida.

Al respecto, Moisés Cielak, psicólogo y experto en dolor psicosomático, detalló que el dolor es una manifestación que se acrecienta con el clima extremo, pues el organismo contrae la circulación de sangre que repercute en dolores musculares.

Al golpe ambiental en la salud se acrecienta con los inviernos o veranos que en los últimos años están siendo muy extremos, desde muy fríos o calientes. “Un problema es que los mexicanos no estamos muy adaptados a estos cambios climáticos y se aprecia en los altos incrementos de enfermedades”.

Aunado a que las nuevas generaciones son un poco menos resistentes al dolor, a diferencia de los adultos mayores que en su juventud no tenían acceso a tantas medicinas, aunado a estar más acostumbrados al dolor no como los jóvenes y adultos jóvenes que a la menor provocación se ponen a consumir pastillas o ir al doctor.

“No es malo el tener una mayor conciencia de asistir al doctor, pero todo tiene algo bueno y malo, en este caso, las nuevas generaciones son menos resistentes al dolor y los cambios del clima acrecienta los impactos en la salud”, indicó.

Por ello, dijo que se recomienda a la gente que haga ejercicio, tenga una sana alimentación, aspectos esenciales para ser más fuertes y resistentes a las enfermedades.

“En el consultorio se tiene un mayor consumo de medicinas y paliativos. Somos una sociedad muy pastillera que también es dañina para el organismo, pues es bueno cuidarse pero no exagerar en sobremedicarse. Se tiene que impulsar nuevos esquemas de salud, desde la asistencia mental a remedios tradicionales”.

Sobre otro impacto que conlleva la contaminación climática en la salud se observa en el consumo de agua contaminada –principalmente en las grandes ciudades-, pues el líquido recorre grandes distancias en las tuberías y es de mala calidad, que acaba dañando al organismo. En el caso de las urbes de mediano tamaño persiste la cultura de tomar agua de la llave, aspecto que urge modificar. “Un gran ejemplo de que se requieren nuevas políticas e inversiones en un sistema hídrico de calidad es Europa, donde la gente acostumbra consumir agua del grifo y no se enferman”, subrayó.

La presencia del Cambio Climático en el mundo se aprecia con la extinción de la biodiversidad, fenómenos naturales más dañinos, mayores sequías, más inundaciones, etc., que provoca una modificación en la vida de las personas y su salud. “Al momento, no es tan contundente el impacto climático en el dolor, se necesitan más investigaciones en México y el mundo. Podemos indicar que el dolor se acrecienta de forma indirecta”.

Recordó que la pandemia y las postpandemia provocó un crecimiento del sedentarismo y obesidad humana, con microatrofiamiento de los músculos y futuros problemas sanitarios. Lo cual, es una muestra clara de la relación de la salud y el cambio climático. “Los mexicanos tendrán más dolor en años próximos y se necesita una nueva cultura del ejercicio, que se notará especialmente en el sector de 25 a 45 años de edad.

SIGUE CRECIENDO EL DOLOR EN MÉXICO

El dolor crónico afecta del 25 al 29 por ciento de la población mexicana, indica el Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento (ENSE), señalando que, en México, un 41.5 por ciento de los adultos de más de 50 años de edad reportó sufrir dolor, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres (48.3 por ciento contra un 33.6 por ciento).

En el ENSE en México se indica que 41.5 por ciento de las personas mayores de 50 años “reportó sufrir dolor, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres (48.3 vs. 33.6 por ciento), y que el porcentaje de dolor aumenta en los adultos de mayor edad”.

En México, 27 millones de personas sufren dolores agudos y graves. Solo cinco de cada cien tienen acceso a cuidados paliativos para disminuir su sufrimiento como enfermos terminales. Esto de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor.

Las autoridades de salud en México señalan que los factores medioambientales que influyen en la salud son atmosféricos o sidéricos.

Por ejemplo, son aquellos que se relacionan con la calidad del aire y el cambio climático. La contaminación atmosférica o los cambios bruscos de temperatura pueden provocar en el ser humano problemas respiratorios, una mayor propensión a desarrollar alergias, complicaciones musculares y óseas, así como influir en los estados anímicos y psicológicos.

Algunos factores como las precipitaciones, la humedad, la presión atmosférica o el viento son manifestaciones naturales que pueden influir en nuestra salud, tanto física como mental, pero dependen de cada región para que sus efectos sean más o menos acusados.

La producción y el uso de sustancias químicas ha aumentado y, con ello, también lo ha hecho su incidencia en el medio ambiente. Podemos encontrar sustancias químicas en el aire, el agua, el suelo y en los alimentos que consumimos. Por tanto, son elementos que podemos absorber a través del sistema respiratorio. Pero también pueden llegar a nuestro organismo por el aparato digestivo o por la piel.

Dentro de la relación entre medio ambiente y salud, la contaminación del agua es una de las problemáticas más relevantes: no solo el ser humano, sino todo ser vivo, necesita este elemento para la supervivencia. Su alteración debido a los agentes contaminantes llega al ser humano y altera su salud. Por tanto, cuidar del agua es cuidar nuestro bienestar.

Otros ejemplos sobre la relación del dolor y el Cambio Climático lo detallan científicos de la Universidad Tufts de Boston, Estados Unidos, determinaron que una caída de 10 grados de temperatura provocaba un aumento en los dolores vinculados a la artritis.

Un estudio del Hospital Infantil de Boston comparó los dolores de 77 pacientes con migrañas con los cambios meteorológicos producidos durante dos años en Estados Unidos. Un análisis posterior de los datos determinó que cerca de la mitad de los participantes del estudio presentaron un mayor índice de migrañas en días que coincidían con cambios climatológicos.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DOLOR MENTAL: DE LA MANO

«La ansiedad, el dolor, la desesperación, la depresión son fenómenos que estamos observando con frecuencia en las investigaciones. Sobre todo a medida que más gente empieza a comprender que el cambio climático es un fenómeno muy real», afirma Derrick Sebree, psicólogo de la Facultad de Psicología de Michigan, Estados Unidos.

Afirmó que un informe de la ONU publicado recientemente señalaba que hay casos de problemas de salud mental como consecuencia del clima extremo y el aumento de las temperaturas. También advertía de que estas condiciones extremas solo van a empeorar.

Dijo que la Asociación Americana de Psicología argumentó que los expertos en traumas y los terapeutas serán casi tan esenciales como los centros de refrigeración y los hogares elevados para ayudar a las personas a hacer frente a un planeta cambiante.

Mientras que Tomás Molina Bosch, físico y meteorólogo de la Televisión de Catalunya, España, dijo que el cambio climático es un problema de fondo, que plantea nuevos desafíos de los médicos para abordar este problema de salud.

Aceptó que “necesitamos más investigación para poder establecer una relación directa entre enfermedades y cambio climático. Sí que es cierto que la mayor exposición a la luz ultravioleta, por tener más días secos y despejados, la emisión de gases con efecto invernadero o el aumento de la polución en las ciudades por la falta de lluvia, se han relacionado con brotes como son las enfermedades reumáticas autoinmunes, como el lupus, o una mayor incidencia de fracturas de cadera en fases de mayor contaminación”.

DAÑO AMBIENTAL Y SUS REPERCUSIONES EN EL ORGANISMO HUMANO

– Irritación en ojos. En casos en los que el aire está cargado de material particulado como polvo u hollín, Sus ojos pueden llegar a desarrollar conjuntivitis alérgica, irritativa u ojo seco.

– Resequedad, sarpullido y comezón en la piel. Los agentes contaminantes como el dióxido de nitrógeno emitido por los carros o el humo de tabaco, son desencadenantes de la dermatitis.

– Tos y sensación de opresión en el pecho. Estar expuesto a altos niveles de contaminación en el aire puede causarte estrechamiento de las vías respiratorias.

– Dolor de cabeza y fiebre. Si siente dolor de cabeza constante acompañado de fiebre, puede que haya consumido alimentos o agua contaminada con presencia de bacterias.

– Debilidad muscular. Pueden ser síntomas de envenenamiento por mercurio, un metal que, desechado por fábricas en ríos y mares puede causar daño en riñones, hígado y cerebro.

– Dolor Abdominal y diarrea. Pueden ser señales de alarma de que consumió agua o alimentos contaminados por bacterias, parásitos o desechos químicos.

– Mareo. La exposición constante a altos niveles de monóxido de carbono por los automóviles puede causar mareo y pérdida de la memoria.

Fuente: OMS, ONU, UNAM, Greenpeace.

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