En México, el acceso a servicios de salud mental enfrenta desafíos significativos en
ocasiones debido a la falta de recursos, distancia y el arraigado estigma cultural que
disuade a las personas de buscar ayuda.
Tan solo en 2023, las consultas psicológicas aumentaron un 300 por ciento, siendo
Psicología la 2a especialidad más solicitada, con un 35.15 por ciento (solo por debajo de
medicina general), lo cual habla de la creciente necesidad al acceso a salud mental.
Las mujeres son el grupo que más solicitó consultas psicológicas (65 por ciento), siendo de
los 18 a los 30 años el grupo de edad que más solicitó consultas psicológicas (36 por
ciento), seguido por el grupo de 41 a 50 años, quienes representaron el 31 por ciento, indicó
la plataforma de salud Mediclic.
Las personas con problemas de salud mental enfrentan desafíos en el entorno laboral, ya
que es más común que experimenten desigualdad y discriminación, por ejemplo, el no ser
considerados para nuevos proyectos y responsabilidades, impactando negativamente en su
crecimiento profesional y autoestima.


Antes de la epidemia por Covid-19, la Secretaría de Salud federlal estimaba que alrededor
de 15 millones de personas en el país padecían algún trastorno o afectación mental. Sin
embargo, la pandemia se convirtió en un factor desencadenante para este tipo de
problemas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que estos casos
aumentaron en un 25 por ciento debido a la crisis sanitaria.
El estrés, la ansiedad y la depresión son sólo algunos de los problemas de salud mental que
pueden surgir en el trabajo y afectar negativamente nuestra vida personal y profesional,
pues de acuerdo con la OMS, 1 de cada 5 personas en el trabajo puede padecer las
consecuencias de estos padecimientos.
En 2022, el Informe Mundial Sobre Salud Mundial: Transformar la salud mental para todos,
publicado por la Organización Mundial de la Salud, destacó el lugar de trabajo como
ejemplo clave de un entorno en el que se necesitan medidas que transformen la situación
de la salud mental.
Asimismo, la OMS enfatizó que los entornos de trabajo seguros y saludables no sólo son un
derecho fundamental, sino que también tienen más probabilidades de minimizar la tensión y
los conflictos en el trabajo y mejorar la retención del personal, el desempeño laboral y la
productividad.
Para abordar estos desafíos, las empresas y empleadores pueden implementar medidas
específicas para mejorar la salud mental en el entorno laboral, como:
Promover la salud mental en el trabajo: Las políticas y prácticas laborales que promuevan
un equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida personal pueden tener un impacto positivo
en la salud mental de los trabajadores.
Capacitando e informando: Las empresas tienen en sus manos la posibilidad de reducir el
estigma en torno a la salud mental no solo en el lugar de trabajo, sino en la sociedad. Es
importante capacitar a empleados y gerentes en el tema.
Proporcionar recursos y apoyo: Esto puede incluir programas de apoyo emocional y dar
acceso a servicios de salud mental, por ejemplo, a través de plataformas como Mediclic,
que cuenta con psicólogos certificados y con experiencia en atención a distancia.
La introducción de servicios de soporte emocional preventivo en las empresas no solo
promueve la salud mental individual de los colaboradores, sino que también conlleva
beneficios significativos para la empresa, como un aumento en la productividad, creatividad,
motivación y fortalecimiento de la cohesión entre los miembros del equipo.

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