Javier Herrero, director ejecutivo para México de Sistema B, señaló que entidades del bajío, como Querétaro, son una región con gran potencial para acrecentar la presencia de empresas responsables; así como las ya ubicadas en esta zona del país y que cumplen diversos parámetros de bienestar social, ambiental y hasta económico.

Señaló que en Querétaro hasta Jalisco, es un área de gran oportunidad para que las empresas aprovechen la herramienta de Sistema B para incrementar su competitividad con el cumplir parámetros de bienestar corporativo, que les ayuda a tener mejor talento humano y atraer inversiones.

“El bajo es una zona prioritaria para nosotros, no importa si es una empresa que va llegando o ya instalada; pues dicha evaluación de sus parámetros le ayuda a llegar a nuevos mercados. No olvidemos que la visión social exige que las corporaciones tengan valores éticos”, dijo.

Detalló que existen más de 9,700 empresas (110 en México) en el mundo con certificación en el Sistema B, que respetan diversos parámetros de sustentabilidad corporativa. “Estas corporaciones facturan unos 3,600 millones de dólares de forma anual”.

Mencionó que tras la pandemia, las empresas tuvieron que despertar y estar con diagnósticos para actuar ante riesgos masivos en salud u de otra índole; ya sea hasta de impacto ambiental o social y mantener la competitividad”.

Detalla que las certificaciones del bien actuar empresarial buscan crear una economía inclusiva y equitativa que por fortuna se aprecia está incluido en el Plan México del gobierno federal. Cabe mencionar que se estima que existen más de 5 millones de empresas de todo tamaño en la nación y si bien no todas deben certificarse, es esencial que adopten una actitud de responsabilidad social, dijo.

En Latinoamérica las naciones con más empresas en el Sistema B son Perú, Colombia, Colombia, Ecuador y Panamá, que impulsan este tipo de certificación sostenible en base a reglamentos públicos que reconocen y brindan beneficios para las corporaciones con visión social y hasta comunitario con beneficios en temas de licitación gubernamental.

Aceptó que “ser empresario en México no es fácil y en ocasiones no se consiguen los certificados adecuados y se necesitan alianzas interinstitucionales. Además que se tiene que aprovechar la coyuntura del Plan México.

Cabe mencionar que el sistema de estudios EAE Business School, detalla en un estudio que más del 60 por ciento de las empresas mexicanas cuenta con un área enfocada en la responsabilidad social. Un 39 por ciento de estas empresas tienen un área que se dedica parcialmente a la responsabilidad y un 22 por ciento tiene un área exclusiva para las funciones relacionadas con la sostenibilidad.

Las empresas mexicanas apuestan por la responsabilidad y esta se afianza dentro de la estructura organizativa, aunque aún no se refleja a nivel presupuestario. Así, un 11 por ciento de las empresas mexicanas tiene un presupuesto asignado de forma exclusiva a las acciones responsables de más del 1 por ciento de sus ingresos, mientras que para un 42 por ciento esta partida se sitúa en menos de un 1 por ciento de la cifra de facturación.

Por su parte, Lorena Villarreal, directora de Comunicación de Danone México, señaló que no todas las empresas tienen una visión de sustentabilidad corporativa, en especial, las de mediano y pequeño tamaño; por ello, se debe trabajar en equipo entre corporativos, gobiernos y la sociedad civil. “Esperamos que el Plan México tenga propósitos claros y así permita que las empresas puedan operar adecuadamente”.

En relación a este tipo de sinergias entre instituciones, Rodrigo Loeza, fundador de Prepa In, explicó que el gobierno tiene un gran alcance con todos los ciudadanos y las empresas u emprendedores tienen las ideas y ejemplificó que los programas piloto en campo, son una muestra de dicho trabajo que las instancias gubernamentales pueden masificar.

Aunque, acepta que faltan apoyos al emprendimiento y el sector público debe girar su mirada a los mismos; siendo el principal reto el sobrevivir los primeros años de vida.

Finalmente, Almendra Ortiz, directora para Latinoamérica de Sistema.Bio, detalló que los biodigestores que manejan y crean energía para granjas se han colocado en diversas naciones (su planta principal se ubica en la India).

Acepta que existe descoordinación sobre el impulso a mejores prácticas agrícolas como es el mitigar el impacto ambiental de las granjas. “Es complejo el trabajo de ser responsable en todas las acciones de una empresa. Por ello, se debe tener un piso parejo para que todos los empresarios estén motivados a certificaciones y cumplimiento de los requerimientos que pide el gobierno”.

Falta más diálogo con las pymes y sean escuchadas; se valoren los trabajos de responsabilidad social y la política pública debe ser más abierta para el empresariado, dijo.

Detalló que en ocasiones irse a proyectos estatales y entrar a compras y ventas con una visión propia y la transición federal impacta a todos los niveles y espera que esa transición sea más veloz. Mientras que los Estados tienen espacios de trabajo interesante y esperamos que el Plan México ayude en este tenor. Abundó que existen buenos ejemplos en Oaxaca, Chiapas o Nuevo León.

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