La elección de un nuevo Papa representa un evento significativo para la comunidad católica mundial y de acuerdo con el doctor Josué Tinoco Amador, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), este cambio impacta a los files activos, pero también a aquellos que por influencia familiar o cultural mantienen una conexión con la religión sin una práctica constante.

El liderazgo del Pontífice es clave en la regulación de creencias, estilos de vida y percepciones sobre el mundo y el más allá, afectando a quienes forman parte activa de la iglesia como a aquellos que solo la observan desde afuera, indicó en entrevista el investigador de la Unidad Iztapalapa de la UAM y quien es además integrante del área de investigación Psicología Política e Identidades.

Desde una perspectiva psicosocial, la llegada de un nuevo Papa influye en la configuración del pensamiento individual y colectivo. “Las expectativas de los creyentes están determinadas por múltiples factores, incluidos sus necesidades personales, deseos y objetivos, así como las dinámicas de sus grupos cercanos como la familia, amigos y colegas”.

En los últimos años, señala el especialista, la Iglesia Católica ha tratado de recuperar su cercanía con la sociedad, particularmente a través de la figura del Papa. “Francisco, (el anterior Papa) por ejemplo, centró su papado en una visión más social, con un enfoque en temas como la migración y la pobreza, lo que representó un cambio en la relación de la Iglesia con sectores vulnerables y marginados”.

Tinoco Amador agregó que “más allá de los documentos oficiales y encíclicas, su impacto radicó en la construcción de una percepción de cercanía con los fieles en su vida cotidiana”.

Destacó que, en términos de percepción generacional, estudios recientes señalan que los jóvenes tienen una relación diferente con la religión. Para ellos, la expectativa sobre el nuevo Papa está más vinculada a la cultura digital y las formas contemporáneas de expresión; “ahora son más cercanos a los memes, a la interpretación jocosa, sin que sea denigrante, no están pendientes de lo que está sucediendo (en torno a la elección del nuevo Papa), pero sí envían memes.

Sin embargo, aún hay jóvenes muy religiosos que participan en los seminarios y para ellos es una cuestión de éxtasis, “porque están en el momento sublime que tiene que ver con la vida religiosa, mientras que para las personas mayores representa un aspecto muy importante porque tiene que ver con su valoración de los logros, éxitos o fracasos”.

Precisó que el mayor desafío del nuevo papado será decidir entre aumentar el número de fieles o fortalecer la identidad religiosa de quienes ya forman parte de esa comunidad. “Aunque ambas pueden parecer complementarias, cada una marca una forma diferente de gestión y acercamiento a la feligresía. Este aspecto determinará la consolidación de grupos religiosos y la manera en que el nuevo Papa abordará su liderazgo dentro de la Iglesia”.

La llegada del nuevo Papa marca un punto de inflexión en la relación de la Iglesia con la sociedad global; sus decisiones y estilo de liderazgo definirán el futuro del catolicismo y su papel en la configuración de valores religiosos y sociales en los años venideros.

Respecto de la designación de este jueves de Robert Francis Prevost, quien eligió el nombre de León XIV, Tinoco Amador expresó que, “no sólo es un jefe de un grupo religioso, sino también un jefe de un país, un líder político.

De acuerdo con Vatican News, León XVI “es el segundo Pontífice americano, después de Francisco, pero a diferencia de Bergoglio, el estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, es originario del norte del continente. El nuevo obispo de Roma nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago (Illinois), hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de ascendencia española. Tiene dos hermanos, Louis Martín y John Joseph”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *