De acuerdo con la normativa, las horas extra deben pagarse de acuerdo el caso por cada organización, lo cual mejora el clima y evita sanciones.

Reconocer el tiempo extra con políticas claras mejora la permanencia del talento, clima laboral, y refuerza la marca empleadora.

Al salir de la oficina, el día no termina para muchas personas. Correos sin responder, reuniones imprevistas y tareas fuera de horario continúan acumulándose. Aunque no se registran ni se compensan, estas labores sostienen gran parte de la operación diaria. Este fenómeno, conocido como trabajo invisible, refleja una falla estructural en cómo se valora el esfuerzo en el entorno laboral mexicano.

Esto es clave en un contexto en el que 76% de los colaboradores que recibe reconocimiento mejora su rendimiento. En contraste, el 75% de quienes no se sienten valorados busca otras oportunidades. De acuerdo con la normativa, las horas extra deben pagarse de acuerdo el caso por cada organización, lo cual mejora el clima y evita sanciones.

Para Milagros Nadal, General Manager Benefits & Engagement de Edenred México, “En México, ignorar el esfuerzo adicional que ocurre fuera del horario debilita el vínculo entre la empresa y sus equipos. Esas tareas merecen ser reconocidas y compensadas. Convertir el trabajo invisible en una práctica justa y formal no es una opción, sino una necesidad operativa, legal y reputacional”.

El desfase entre ley y realidad laboral

La forma en que se gestionan las horas extra muestra una desconexión entre la práctica cotidiana y el marco normativo en México. Actividades como responder mensajes fuera del horario o cumplir entregas sin compensación se han normalizado, aunque generan una carga constante en el colaborador.

Valorar ese esfuerzo va más allá de una medida justa, también revela una cultura organizacional que entiende que el compromiso nace del equilibrio entre derechos y reconocimiento.

Riesgos del incumplimiento laboral

Cuando una empresa excede los límites legales de jornada, puede enfrentar sanciones y multas mayores a 50,000 días de salario mínimo. El riesgo aumenta si se afecta a personas en situación vulnerable.

Además del aspecto jurídico, ignorar la compensación adecuada afecta la reputación institucional y acelera la salida del talento. Esto compromete la operación diaria y debilita la posición competitiva de la organización.

Del incentivo al impacto y las formas de formalizar el reconocimiento

Por todo ello, diseñar una política de reconocimiento implica más que pagar horas extra. También requiere ofrecer beneficios que reflejen el valor del esfuerzo, como bonos por desempeño, vales de despensa, horarios flexibles o acceso a soluciones de bienestar.

Soluciones como las de Edenred Benefits permiten estructurar estos esquemas de forma clara y operativa. Al adoptar este tipo de estrategias, la organización fortalece su relación con el talento y refuerza una cultura de corresponsabilidad.

“El trabajo invisible representa una de las brechas más críticas entre lo que las organizaciones exigen y lo que reconocen. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de entender que cada minuto extra no registrado es una oportunidad perdida para construir confianza, retener talento y mejorar el desempeño colectivo. Reconocer ese esfuerzo, de forma estructurada y humana, es una decisión estratégica con impacto positivo”, concluye Milagros Nadal.

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