Con una mezcla vibrante de cultura popular mexicana, espectáculo, networking empresarial y propósito social, Fundación CMR, brazo filantrópico del grupo CMR, celebró una noche emblemática el día de ayer con el evento benéfico “Lucha libre vs El hambre”.

El evento reunió a más de 300 asistentes, incluyendo empresarios, aliados estratégicos, líderes de opinión, celebridades y donantes comprometidos con el combate a la malnutrición infantil en México. Celebrado en un salón ambientado como una arena profesional, el legendario Blue Demon Jr. encabezó la lucha estelar para recordarnos que el verdadero adversario en México sigue siendo el hambre y la malnutrición infantil. A lo largo de la noche y bajo la conducción de Yordi Rosado, los asistentes disfrutaron de un cóctel además de un cierre musical a cargo de la Sonora Santanera, que puso a todos de pie con su energía y sabor inconfundibles.

La lucha fue simbólica, pero el impacto será medible y real: con una meta clara y recabar $1,500,000 MXN. Los fondos serán destinados a cuatro proyectos de transformación comunitaria para fortalecer el acceso a alimentación adecuada a comunidades vulnerables en distintas regiones del país. Se proyecta asistir a más de 1,200 niñas y niños.

“Con este evento buscamos no solo recaudar fondos, sino generar una comunidad de aliados empresariales que entiendan que la inversión social estratégica genera beneficios reales, medibles y duraderos”, comentó María Cisneros, Directora de la Fundación CMR.

Cuatro proyectos, una misma lucha

Gracias a los fondos recaudados, Fundación CMR apoyará cuatro proyectos seleccionados por su capacidad de generar impacto local, continuidad, escalabilidad y resultados sostenibles.

En el norte del país, el Instituto Providencial llevará a cabo un programa integral en Norogachi, Chihuahua, que beneficiará a 200 niños rarámuri mediante la reactivación de huertos, la mejora de infraestructura médica y capacitación en salud alimentaria. Simultáneamente, Cáritas Lomitas, en Culiacán y Navolato, Sinaloa, impulsará un modelo de intervención comunitaria a través de  talleres de capacitación en nutrición para madres, padres y cuidadores, favoreciendo a más de 400 niñas y niños con un enfoque comunitario.

El programa de Comedor Santa María. en Hidalgo, Ciudad de México y muy pronto en Guerrero, nos permitirá servir una comida nutritiva y balanceada, reducir la violencia intrafamiliar, fomentar la resiliencia y promover la permanencia escolar a través del programa de educación, en más de 650 niños, niñas y mujeres embarazadas. Finalmente, en el Estado de México, Nutre a un Niño ejecutará un proyecto de desarrollo comunitario en Acambay, que incluye la construcción de ecotecnias – gallineros de traspatio – y actividades de salud preventiva, apoyando a 150 niñas y niños de origen otomí y mestizo.

Cada uno de estos proyectos representa un frente claro y medible en la lucha por erradicar la malnutrición infantil y son reflejo del compromiso de Fundación CMR con soluciones sostenibles de alto impacto.

Un modelo de recaudación que fortalece alianzas: del entretenimiento a la acción social

La velada ofreció una experiencia inmersiva para los asistentes, al tiempo que visibilizó la problemática, generó conversación pública al respecto e involucró a nuevos públicos en la causa. La estrategia de la fundación incluye también el seguimiento puntual de cada proyecto apoyado, asegurando transparencia, trazabilidad y resultados documentados, alineados con indicadores de desarrollo social y salud infantil.

“Este evento además de recaudar fondos, también sembró conciencia. Demostramos que la solidaridad puede convivir con el entretenimiento cuando el propósito es claro y transformador”, destacó Cisneros, directora de Fundación CMR.

Conclusión: invertir en nutrición es invertir en futuro

El evento logró avanzar hacia la meta de recaudación y consolidó un modelo de vinculación entre el sector privado y la filantropía, en un contexto donde las necesidades alimentarias de la primera infancia siguen siendo urgentes y crecientes. La lucha sigue más vigente que nunca.

Fundación CMR demuestra que la responsabilidad social no es una extensión, sino una expresión natural de liderazgo empresarial consciente, y que apoyar causas de alto impacto puede y debe formar parte de las estrategias corporativas.

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