Los arrecifes son prioritarios a nivel nacional y “deberíamos abocarnos en trabajar en su preservación, para lo cual se requiere ofrecer apoyo a investigadoras e investigadores, con el objetivo de realizar estudios y un monitoreo constante”, sostuvo la doctora Laura Georgina Calva Benítez, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Durante su participación en AguaCERO, emisión radiofónica de UAM Radio 94.1 FM, la profesora del Departamento de Hidrobiología de la Unidad Iztapalapa habló sobre los usos de agua de sistemas costeros, particularmente los problemas de contaminación a los que se enfrenta la isla de Cozumel.

La investigadora refirió que, aunque este tema muchas veces se considera ajeno para los pobladores de la capital, es de vital importancia, pues “dependemos en gran medida de los sistemas costeros”, por lo que cada día es más importante emprender acciones para su conservación.

“Creo que antes de hablar de la contaminación, tendríamos que hablar de la relevancia de los arrecifes coralinos, una comunidad muy diversa donde vamos a encontrar muchos peces, tortugas, caracoles, crustáceos o equinodermos. Sin embargo, se trata de ecosistemas muy vulnerables, donde la temperatura es un factor que está restringido y también se están viendo afectados por factores como la contaminación”, explicó.

La especialista en ecosistemas costeros subrayó que entre los principales contaminantes de la zona están las aguas residuales que provienen de la costa, así como los desechos químicos que resultan del uso de hidrocarburos como el petróleo, el diésel, la gasolina y lubricantes, entre otros.

“En el caso de la isla, también están entrando a través de la quema incompleta de combustibles fósiles de las embarcaciones. A Cozumel llega una gran cantidad de barcos y cruceros turísticos, que utilizan uno de los diéseles más sucios y pesados. Es el primer lugar de llegada de este tipo de cruceros en el país y el tercero en trascendencia a nivel internacional. Estamos hablando de hasta cinco cruzeros al día, es decir, más de 1,300 embarcaciones al año, que van de los 2,500 a 7,500 pasajeros y no hay un monitoreo de la cantidad de contaminantes que están generando”.

De acuerdo con Calva Benítez, las descargas en los arrecifes coralinos de la zona –uno de los más grandes e importantes en el mundo– han provocado un crecimiento masivo de macroalgas, organismos que son competidores por el espacio, la luz y el oxígeno y cuya sobrepoblación puede generar un impacto en la salud de los corales, además de ocasionar un deterioro irreversible en estos ecosistemas.

“Lo que preocupa de manera significativa son las enfermedades de los corales. Desde 2019 se están presentando diversas alteraciones, entre ellas la plaga blanca y el blanqueamiento. La cantidad de peces herbívoros que se alimentan de macroalgas también ha disminuido, no sabemos si por sobrepesca. Aunado a que el hecho de eliminar pastos marinos y manglares, también va a tener muchos efectos, pues cuando llegan los huracanes pegan muy fuerte”.

Para la académica no basta con realizar estudios que den cuenta de los niveles sobre metales, hidrocarburos, nutrientes o bacterias en estos ecosistemas, es urgente un programa de monitoreo sostenido sobre lo que está ocurriendo y la cantidad de contaminantes que están generando los cruceros que llegan a la zona costera de Cozumel y otros lugares del territorio mexicano.

 

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