El debut narrativo de Sabina Orozco, editora y escritora con una sensibilidad forjada en la poesía. En esta novela de editorial Planeta, despliega una voz íntima y lúcida para explorar los vaivenes del amor y las cicatrices del desamor, con una mirada que interpela al presente.
Malas decisiones es la historia de un encuentro fugaz que se niega a desaparecer. Sabina, una joven escritora obsesionada con el tarot, el lenguaje y los gestos invisibles del amor, conoce a un hombre a través de una app de citas. Lo que inicia como una noche de sexo y copas deriva en un viaje emocional y físico que terminará por marcarla profundamente. Él regresa a Alemania, ella permanece en México. La distancia corta el vínculo, pero no borra la huella. A través de un diario fragmentado, cartas no enviadas y confesiones dirigidas a su padre, Sabina busca respuestas: ¿cuántos amores fallidos caben en un solo cuerpo?, ¿cómo se lidia con el deseo cuando lo que queda es la ausencia? Con una voz lúcida y vulnerable, Sabina Orozco traza un mapa de las relaciones sentimentales en tiempos de incertidumbre, donde el deseo se mezcla con la culpa, el abandono con la esperanza, y el amor con esa obstinada necesidad de entender lo que ya pasó.
Malas decisiones marca el debut narrativo de Sabina Orozco, editora y escritora con una sensibilidad forjada en la poesía. En esta novela, despliega una voz íntima y lúcida para explorar los vaivenes del amor y las cicatrices del desamor, con una mirada que interpela al presente.
A medio camino entre el diario personal, la carta y la confesión, la novela gira en torno a Sabina —en un desdoblamiento muy característico de la escritura del yo—, quien intenta desentrañar sus emociones y com[1]prender sus relaciones pasadas. El resultado es una narración honesta y filosa que se pregunta qué tan lejos estamos dispuestos a llegar por amor… y cuántas veces estamos dispuestas a equivocarnos.
En el centro del relato aparece la carta del ermitaño, un símbolo que guía este viaje introspectivo: una bús[1]queda de sentido, de respuestas y de nuevas formas de habitar los vínculos desde la soledad elegida. Con honestidad punzante y una mirada profundamente contemporánea, Sabina escribe sobre las heridas que dejan las relaciones, las decisiones que marcan nuestra historia afectiva y los caminos —a veces erráticos— que tomamos para encontrarnos con nosotros mismos.
El amor en los tiempos modernos
Chica conoce a chico en una app de citas. Chica y chico deciden salir. Chica y chico se enamoran. Lo que inicia como una cita casual y una noche de sexo sin expectativas se transforma, casi sin que se den cuenta, en el inicio de una relación breve pero profundamente significativa. La historia se despliega entre calles de Coyoacán con el COVID-19 de fondo, caminatas sin rumbo, viajes inesperados y una intimidad que crece rápidamente: Rodrigo vive en Alemania y su regreso es inminente.
La narración capta con delicadeza ese estado suspendido del enamoramiento que sabe que tiene los días contados. En medio de ese presente intenso, Sabina comienza a entrelazar los recuerdos de su relación pasada con Mateo, su exnovio, con quien compartió una larga historia. Rodrigo y Mateo se convierten en espejos, en ecos de una misma pregunta: ¿cómo se construye un vínculo cuando el amor y el miedo van de la mano?
Días de pecera, el primer y más largo capítulo, condensa muchas de las pulsiones de la novela: el deseo, la vulnerabilidad, el duelo y la esperanza. Es también un retrato de lo que significa enamorarse en un tiempo prestado, con el cuerpo todavía habitado por relaciones pasadas. Como una pecera, la historia ofrece un espacio contenido, transparente pero frágil, donde los sentimientos flotan sin saber si sobrevivirán más allá del agua tibia de esos días compartidos.