La destrucción al Poder Judicial con la elección de jueces y magistrados es una mala decisión de parte del gobierno de Morena y sus aliados, pues lejos de tener una mejor justicia tendremos la captura del poder judicial para su beneficio, afirmó el diputado federal del PRI Rubén Moreira Valdez.
Expuso que así como Morena está repartiendo “acordeones del bienestar”, en Nuevo León, el gobernador Samuel García también está promoviendo ciertas candidaturas para beneficiarse.
El coordinador priista detalló que en el Estado de México también están distribuyendo “las quinielas” para decirle a la gente por quién votar y obviamente es por los candidatos del oficialismo, por lo que esta elección es una farsa porque nunca se dará por la vía democrática.
Además, señaló que de acuerdo con algunos informes hay posibilidades de violencia en esta elección judicial en varias entidades, pero las que tienen el mayor riesgo son Baja California, Quintana Roo, Veracruz, Tamaulipas, Michoacán y Colima.
El líder congresista reiteró que esta elección es una simulación, porque el partido oficialista ya tiene una ruta para apropiarse del Poder Judicial para sus intereses y no para que haya más justicia.
Por su parte, el abogado Miguel Ángel Sulub destacó que desde que se dio el proceso para esta elección, se ha caído en distorsiones, porque primero se decía que se iban a elegir a todos los jueces, magistrados y ministros, lo que es completamente falso porque en la Ciudad de México, quien vaya a votar no va a elegir a todos los que estén desempeñando ese papel de personas juzgadoras, si no que va a elegir solamente a una parte.
En cuanto a los acordeones del bienestar, “que no engañen al adulto mayor, al joven, porque vayan o no vayan a votar, no van a perder los programas sociales que tienen, porque hay que recordar que los programas sociales ya están en la Constitución, en lo que el PRI jugó un papel muy importante para ello”, subrayó.
A su vez, el priista campechano Eduardo Arévalo sostuvo que esta será una elección de Estado, porque fue concebida así desde su inicio, desde la mal llamada reforma al Poder Judicial, desde la mal organizada y mal convocada elección y el cuestionado procedimiento de su desarrollo.