“El bullying va más allá de un problema infantil. Es el reflejo de una sociedad que ignora los llamados locales, nacionales e internacionales y que normaliza estas acciones bajo el argumento de nuestra idiosincrasia”, señala el activista y líder de la Fundación Kooltivo, Norberto Maldonado.
Maldonado, quien vivió acoso debido a su vitíligo, advierte que hablar del bullying como un fenómeno exclusivo de las escuelas es simplificar un problema que atraviesa todos los ámbitos de la vida social: desde las aulas hasta las oficinas, desde las redes sociales hasta los núcleos familiares.
“El bullying es la etiqueta que reduce a una persona a su cuerpo, su color, su orientación, su discapacidad. Parece un comentario inocente, pero es un mecanismo violento que los adultos también repiten, enseñan y perpetúan todos los días”, destacó.
Desde hace años, la OCDE hizo un urgente llamado a atender los temas de bullying en México; sin embargo, datos recientes cuestionan posibles avances. Por ejemplo, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México reveló que los reportes por acoso escolar aumentan más del 50 por ciento cada año. “Es un retroceso evidente que no termina al salir de las aulas. Más del 20 por ciento de los trabajadores mexicanos afirman haber padecido bullying en su trabajo. Estas cifras nos deben avergonzar como sociedad”.
Denunció que las campañas oficiales en el tema son “blandas y estéticas” que buscan visibilizar el acoso sin nombrar con claridad su gravedad, e insiste en que el bullying debe dejar de ser tratado como una travesura o un asunto menor.
“Necesitamos que la sociedad entienda que el bullying puede dejar marcas de por vida e incluso cuesta vidas”, en su propia experiencia, Maldonado recalca la carga emocional de crecer con una condición visible como el vitíligo. Mi piel fue mi primer motivo de acoso y mi primera lección de resistencia. Aprendí que lo diferente incomoda, y que muchas veces esa incomodidad se convierte en violencia. También aprendí que el problema no está en quien se ve distinto, sino en quien no sabe ver con humanidad y calidad moral.”
Con el fin de dar aportar algunas recomendaciones a padres y maestros, recomienda algunos tips para cuidarse del acoso cibernético (la novedad en ataque a las personas): cuidar y sensibilizar a los niños sobre la información personal que publican; fomentar la empatía, la tolerancia, y el respeto en línea; utilizar herramientas tecnológicas y de seguridad en línea; supervisar los dispositivos digitales de los niños y jóvenes (sitios, contraseñas, contactos).
Puntualizó que se debe dejar de justificar, minimizar o ignorar el acoso en cualquiera de sus formas. “Si no estás frenando el bullying, entonces lo estás permitiendo”.