Aunque la carrera de Medicina General en México es una de las más competitivas, también es una de las que ofrece mejores oportunidades de trabajo. En su análisis comparativo de carreras, el IMCO indica que solo el 2.7% de sus egresados enfrentan el desempleo, una cifra muy por debajo del promedio nacional. Actualmente, hay cerca de 548,000 médicos ejerciendo en el país, lo que equivale a un médico por cada 235 habitantes, lo que denota la relevancia que tiene esta profesión en la sociedad. Con esto en mente, estudiar Medicina General significa no solo formar parte de una comunidad dedicada a cuidar de la salud, sino también tener un acceso casi garantizado al mercado laboral y a oportunidades de crecimiento constantes.
“Es en este escenario de alta competitividad, es importante que los médicos del futuro se formen con la mejor tecnología de punta, simuladores clínicos y metodologías de enseñanza innovadoras que faciliten un aprendizaje más dinámico y personalizado. Además, muchas de estas instituciones ofrecen alianzas estratégicas con hospitales y centros de investigación, lo que se traduce en mayores oportunidades para que los futuros médicos accedan a prácticas profesionales y formación especializada desde etapas tempranas de su carrera” destaca el Dr. Alberto Lifshitz Guinzberg , asesor académico de St Luke, escuela de medicina.
Investigaciones realizadas por la Facultad de Medicina de la UNAM destacan la importancia de transformar los planes de estudio para que se adapten a los cambios en el entorno epidemiológico y tecnológico, promoviendo una formación más integral y flexible. Esto resulta especialmente crucial en un contexto donde la salud pública y las emergentes crisis sanitarias demandan médicos capaces de analizar, innovar y liderar en momentos críticos.
Estudiar en universidades privadas permite una menor saturación en las matrículas y una atención más individualizada, lo cual puede ser determinante para superar los retos académicos, incluso aquellos retos emocionales inherentes a la carrera de medicina. La posibilidad de contar con tutorías personalizadas, acceso a tecnología de simulación y una vinculación directa con el campo clínico hacen de estas instituciones una opción viable para quienes buscan llevar su formación profesional en un entorno menos masivo, más orientado a la innovación y resultados.
Aunque estudiar medicina en escuelas privadas puede representar una inversión significativa, no siempre son el mayor reto a vencer. La mayoría de las instituciones de paga se ajustan a la situación de cada estudiante, facilitando el acceso a la carrera para quienes realmente desean. Gracias a estas opciones, más personas pueden hacer realidad su sueño de convertirse en médicos, sin que los costos se conviertan en un obstáculo para superar.
Para el Dr. Guinzberg de St Luke, cualquier universidad privada debe tener claro que, en México, la educación superior siempre ha implicado retos, sobre todo para que los jóvenes lleguen a esta etapa. Por eso, las instituciones deben ser capaces de adaptarse y brindar apoyos que les permitan a los estudiantes avanzar en su formación sin que los obstáculos se conviertan en un freno para su desarrollo.
Además, la fortaleza de una escuela de medicina radica en brindar educación integral, con un fuerte compromiso ético y humano, para preparar a profesionales capaces de enfrentar los desafíos de la salud actual. Los estudiantes deben ver que, cuando egresen como médicos, deberán contribuir a formar a un sistema de salud más fuerte y comprometido con el bienestar de la sociedad,el enfoque ideal debe basarse en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación.