En la agricultura moderna, el riego por goteo hace tiempo que dejó de ser una innovación para convertirse en una expectativa. Ofrece una de las formas más eficientes de gestionar el uso del agua y los nutrientes, proporciona una notable consistencia en los rendimientos y respalda la producción agrícola incluso en las regiones con mayor estrés hídrico.
Pero en los campos de cultivo de todo el mundo, se está desarrollando un problema silencioso, a menudo desapercibido hasta que es demasiado tarde. Los sistemas dejan de ofrecer el mismo rendimiento que en el primer año. La presión es irregular. El caudal de los emisores disminuye. Aparece la variabilidad en el cultivo. Los rendimientos bajan.
Y, rara vez, la causa es el sistema en sí. El asesino silencioso es el mal mantenimiento.
Lo que los productores no ven… es lo que más les cuesta
Las fallas en los sistemas de riego por goteo suelen ser graduales. A diferencia de un tractor descompuesto, las señales de advertencia son sutiles. Una ligera variación en el caudal. Un emisor obstruido aquí o allá. Un filtro que no realiza correctamente el retrolavado.
Pero estos pequeños problemas, si no se atienden, pueden convertirse con el tiempo en importantes pérdidas de rendimiento. En México, Nisshin Gastelum, director general de Rivulis, comenta que: “El riego por goteo ofrece los mejores rendimientos y eficiencia, pero lamentablemente he visto demasiados casos en los que los productores descuidan el mantenimiento y no obtienen la vida útil completa que su sistema puede ofrecer. Estamos trabajando activamente para brindar materiales que ayuden a los productores a mantener mejor sus sistemas”.
El otro lado de la moneda es el impacto positivo del mantenimiento. Un estudio de largo plazo realizado por la Universidad Estatal de Kansas encontró que los sistemas de riego por goteo con mantenimiento constante mantuvieron un caudal y una uniformidad estables durante más de 27 ciclos agrícolas (26.5 años, para ser precisos).
Nueve prácticas esenciales de mantenimiento para que el sistema funcione correctamente
Basado en años de experiencia en campo, auditorías de sistemas y retroalimentación de productores, Rivulis ha identificado nueve puntos críticos donde el mantenimiento marca la mayor diferencia:
- Filtración. Una mala filtración es la forma más rápida de obstruir los emisores y reducir la vida útil del sistema. Ya sean filtros de medio granular, malla, disco o hidrociclón, cada tipo necesita un régimen específico de inspección y mantenimiento.
Incluso una pequeña desviación en la presión diferencial a través del filtro puede indicar una falla en desarrollo que puede no detectarse hasta que el cultivo se vea afectado.
- Presión de operación. Un pequeño cambio en la presión puede afectar drásticamente el desempeño de los emisores. Cambios en la presión pueden indicar obstrucciones o intrusión de raíces si la presión aumenta, o fugas si la presión disminuye.
La clave está en medir la presión y compararla con las especificaciones originales del diseño para detectar variaciones a tiempo.
- Monitoreo del caudal. Un sistema de riego por goteo sin monitoreo del caudal es un sistema que opera a ciegas. Una pequeña reducción en el flujo puede pasar desapercibida hasta que los rendimientos disminuyen.
Es importante recordar que un menor caudal significa que las plantas no están recibiendo el agua que requieren según el diseño. Por el contrario, un aumento del caudal no es buena señal; muchas veces representa una fuga.
- Purgado. Incluso con agua limpia, los sedimentos y las algas pueden acumularse en las líneas laterales y secundarias. Si no se realiza purgado con regularidad —y con las velocidades adecuadas— se está construyendo una obstrucción que será casi imposible de eliminar después.
Muchos productores purgan muy poco, o con un caudal insuficiente para ser efectivo. Rivulis señala que purgar no es solo abrir los extremos de las líneas de riego por goteo, sino alcanzar la velocidad suficiente del agua para eliminar los residuos. Las secundarias requieren una velocidad mínima de purgado de 0.5 m/s (1.5 ft/seg) y las laterales al menos 0.3 m/s (1 ft/seg).
- Tratamiento químico. El tratamiento químico es necesario para evitar la obstrucción de las líneas de goteo por sólidos que precipitan y se agregan en las tuberías, y por materia orgánica que atraviesa el filtro y se propaga dentro del sistema. Existen dos tipos de tratamiento: Tratamiento ácido, utilizado para disolver sedimentos minerales. Tratamiento oxidante (cloro/peróxido), para oxidar materia orgánica, hierro y manganeso, prevenir formación de algas y eliminar bacterias sulfurosas.
Si bien el tratamiento químico es muy importante, debe hacerse correctamente y siguiendo estrictamente protocolos de seguridad. Además, deben considerarse diversos factores, como el tipo de ácido, la elección entre cloro y peróxido de hidrógeno, la sensibilidad del material, cómo calcular concentraciones y la dosis a inyectar.
Para este propósito, se recomienda consultar material técnico como el Knowledge Hub y las Guías de Riego de Rivulis (ambas disponibles en es.rivulis.com/knowledge-hub/).
- Prevención de fugas y obstrucciones. La medición de presión y caudal revela problemas después de que han ocurrido. Lo ideal es implementar medidas preventivas para reducir la probabilidad de fugas y obstrucciones desde el inicio.
Parte del régimen de mantenimiento también debe incluir gestión activa para prevenir: intrusión de raíces en los goteros, daños por insectos o roedores, ingreso de tierra (frecuente al apagar el sistema), y precipitación de sales (cuando las sales disueltas se combinan y se vuelven insolubles).
- Manejo de la fertiirrigación. El uso de fertilizantes que no son completamente solubles, fertilizantes incompatibles y una inyección mal programada son causas comunes de daño en los emisores.
- Mantenimiento de la bomba y la fuente de agua. Tu fuente de agua y tu bomba afectan todo lo que sigue. Los reservorios abiertos requieren control de algas y sedimentos. Las bombas deben revisarse y mantenerse regularmente.
- Manejo de la salinidad. La sal no desaparece. Se acumula con cada riego. Agregar fertilizantes puede incrementar aún más la salinidad.
La sal en exceso debe eliminarse de la zona radicular antes de que alcance un nivel que afecte seriamente el rendimiento. Afortunadamente, existen muchas técnicas de lixiviación de sales, que incluyen desde la consideración del lugar donde se colocan las líneas laterales hasta el momento y duración del riego.
En conclusión: el mantenimiento no es un costo — es protección
Los sistemas de riego por goteo son tan eficientes como la atención que reciben después de su instalación. Lo que más deteriora su rendimiento no es la edad, sino la falta de atención.
Pequeños descuidos convierten el riego de precisión en una red de inconsistencias.
La experiencia en campo lo demuestra: el mantenimiento no es una carga, es la póliza de seguro del sistema en el que se invirtió.
Para los productores que buscan una guía detallada y paso a paso sobre estos nueve puntos críticos de mantenimiento, Rivulis ofrece acceso abierto a sus recursos técnicos completos a través del Rivulis Knowledge Hub: https://es.rivulis.com/knowledge-hub/