closeup escalator with a pile of plastic bottles at the factory for processing and recycling. PET recycling plant

El planeta genera más residuos plásticos de los que puede gestionar. En 2024 se produjeron más de 220 millones de toneladas de residuos plásticos a nivel mundial. Según datos de Save Food Advocacy Europe (SAFE), cerca de 70 millones de toneladas fueron gestionadas de forma inadecuada, terminando en ríos, mares, suelos y atmósfera. Este flujo incontrolado de desechos afecta a la biodiversidad, agrava la crisis climática y pone en riesgo la salud humana. A pesar de los avances tecnológicos, menos del 10% del plástico se recicla realmente, una cifra estancada desde hace una década.

Este 5 de junio, el Día Mundial del Medio Ambiente, liderado por Naciones Unidas desde 1973, lanza un mensaje claro: es hora de “Vencer la contaminación por plásticos”, bajo el lema global #BeatPlasticPollution. La campaña de este año busca movilizar a gobiernos, empresas y ciudadanía para acelerar una transición hacia modelos sostenibles de producción y consumo. En paralelo, también se visibilizan signos positivos: según el informe Plastic Overshoot Day 2024 de SAFE, más de 1.100 millones de personas viven en países con normativas activas contra el plástico de un solo uso, y se estima que al menos un 20% del plástico global podría evitarse mediante reducción, reutilización y rediseño de productos. La economía circular y la implicación de las organizaciones son ya elementos clave para revertir esta crisis.

En este contexto global de urgencia y transformación, DoGood People, plataforma tecnológica especializada en sostenibilidad corporativa, se posiciona como una herramienta clave para las empresas que quieren activar el cambio desde dentro. Su propuesta permite a las organizaciones alinear sus compromisos ESG con los hábitos cotidianos de sus empleados, a través de formación digital, retos colectivos y seguimiento de impacto alineado con los ODS.

Para Virginia Garcia y CEO de DoGood People México, “la transición ecológica no puede depender sólo de estrategias globales; debe vivirse en el día a día de las organizaciones. Nuestro trabajo consiste en traducir el compromiso en acción, y la acción en datos medibles”.

 

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